Las conclusiones preliminares del informe de la OMM demuestran que la disminución.
Durante este periodo los fenómenos atmosféricos y oceánicos como los episodios de La Niña han provocado durante unos años una bajada temporal de las temperaturas. Sin embargo, no han frenado la tendencia predominante al calentamiento.
Las conclusiones preliminares del informe de la OMM demuestran que la
disminución “radical y continua” del hielo marino del Ártico ha sido
una de las características más destacadas de la evolución del estado del
clima durante el decenio. Además, la media mundial de precipitaciones
ha sido la segunda más elevada desde 1901 y el fenómeno extremo que se
ha notificado con mayor frecuencia han sido las inundaciones.
“La Declaración anual de 2011 confirma que el cambio climático no es una lejana amenaza futura, sino que ya está teniendo lugar en la actualidad. El calentamiento mundial se debe a las actividades humanas y está teniendo efectos de gran alcance y potencialmente irreversibles en la Tierra, la atmósfera y los océanos”, ha explicado Michel Jarraud, secretario general de la OMM.
El informe destaca además que el año 2011 ha sido el undécimo año más cálido desde que se iniciaran los registros en 1850. En la década 2001-2010 las temperaturas mundiales de la superficie del suelo y del mar superaron en 0,46 °C la media a largo plazo de 14 °C correspondiente al período de 1961 a 1990.
Nueve años de ese decenio estuvieron entre los diez más cálidos jamás registrados. El año más cálido de todos fue 2010, seguido de cerca por 2005, con una temperatura media estimada en 0,53 °C por encima de la media a largo plazo.
Una década de grandes precipitaciones
Desde 1901 el decenio 2001-2010 fue el segundo con las precipitaciones medias mundiales (lluvia, nieve, etc.) más elevadas sobre la Tierra, después del de 1951-1960. En gran parte del hemisferio norte se registraron condiciones de humedad superiores a la media (como en EE UU, en el norte y este de Canadá, y en numerosas partes de Europa y Asia central).
Pero en otras regiones, las precipitaciones medias fueron inferiores a las normales y provocaron sequías. El oeste de EE UU, el suroeste de Canadá, gran parte del sur y el oeste de Europa, y la mayoría de las zonas del sur de Asia, África central, la zona central de América del Sur, y el este y el sureste de Australia fueron los más afectados.
Las inundaciones afectaron también numerosas zonas del mundo: este de Europa en 2001 y 2005, África en 2008, Asia (en particular Pakistán) en 2010, y Australia en 2010.
Otros fenómenos extremos como los ciclones tropicales alcanzaron el nivel más elevado registrado en la cuenca del Atlántico Norte. En 2005 el huracán Katrina, de categoría 5, se cobró más de 1.800 víctimas mortales. En 2008, el ciclón tropical Nargis fue el peor desastre natural sucedido en Myanmar y el más mortífero a escala mundial durante ese decenio. Causó la muerte de más de 70.000 personas.
Mientras que la extensión del hielo marino en el Ártico se ha reducido a niveles casi sin precedentes (en 2011 estaba un 35% por debajo de la media del período 1979-2000), la actividad de los ciclones tropicales a escala mundial se ha situado por debajo de la media. No obstante, en EE UU se dio una de las temporadas de tornados más destructivas jamás registradas.
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