El nieto de Spiridon Louis, ganador del maratón de los Juegos de Atenas de 1896, no tiene más remedio: para subsistir, debe deshacerse de la reliquia que le legó su abuelo.
Era el último día de los primeros Juegos de la era moderna. Lejos de
la ilusión que tenían los helenos, que soñaban con mantener la
supremacía que sus atletas habían tenido en los viejos tiempos, su casillero de medallas doradas seguía en cero.
Las autoridades compartían el sentimiento de decepción y apenas disimulaban el gesto por cortesía hacia el barón Pierre de Coubertain,
el francés que reinstaló el evento a fines del Siglo XIX. De pronto, en
la tribuna oficial del estadio, comenzó a correr un rumor.
"Un griego viene al frente de la carrera", decían.
El maratón, la prueba de 42 kilómetros que recuerda el esfuerzo del
soldado heleno que corrió esa distancia para anunciar una victoria de su
Ejército -luego falleció por el agotamiento-, era la última oportunidad que tenían de reverdecer los laureles.
Por eso, cuando Louis apareció por la parte abierta del estadio, cuyas tribunas tienen forma de U, la multitud estalló. Louis
dio una vuelta interminable a la pista hasta llegar en primer lugar,
entrar en la historia del deporte moderno y en el nuevo Olimpo de los
griegos.
Más de 100 años después, la descendencia de Louis vive un drama
familiar que el Municipio de Maroussi busca evitar que se traslade al
resto de la comunidad. Las autoridades del lugar donde nació el corredor
están recaudando dinero para comprar el trofeo que decidió vender su
nieto, que también se llama Spiridon.
"No fue una decisión fácil. Yo y mis hijos hemos crecido con ello. Pero no puedo hacer otra cosa", explicó al diario To vima. Primero le ofreció la estatua de plata a un museo y luego al Estado, pero la respuesta que recibió fue clara: "No tenemos dinero".
Entonces decidió rematarlo. La casa de subastas piensa recaudar al menos 190 mil dólares el 18 de abril, fecha estipulada para darle salida.
"Estimamos que el trofeo se venderá al final por 190 mil euros", señaló este martes el alcalde Giorgos Patoulis
a la televisión griega, al tiempo que pidió hacer "todo lo posible"
para poder comprar el trofeo y evitar que salga de su jurisdicción. "Hemos abierto una cuenta en el Banco Agrario y estamos en contacto con la compañía de subastas", señaló.
Debido a la crisis financiera, muchos griegos se encuentran con problemas económicos. Y aunque existe un 21 por ciento de desempleo, los medios de comunicación instaron a los ciudadanos a que pusieran dinero para pagar el trofeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario