Inditex, Mango, Desigual, Camper, Ágatha Ruiz de la Prada, Custo, Tous o Jaime Mascaró se han convertido en los mejores embajadores de España en la Gran Manzana.
Ni la crisis, ni el parón inmobiliario, ni las dudas sobre la economía española al otro lado del Atlántico han podido detener un fenómeno sin precedentes: la explosión de la moda Made in Spain en Nueva York. Tras unos años de tímida implantación, las enseñas nacionales se han lanzado en la última década a hacer las Américas y hoy inundan las principales zonas comerciales de la ciudad.
La Quinta Avenida y las arterias colindantes (Madison, Park, Lexington y la Avenida de las Américas) fueron las primeras en seducir a las marcas.
Después, y en un asentamiento progresivo, el Soho y Tribeca, dos referencias indiscutibles para amantes de las compras, se han convertido en otro importante eje para las firmas españolas, entre las que se encuentran Inditex, Desigual, Mango, Camper, Ágatha Ruiz de la Prada, Tous, Custo, Pronovias o Jaime Mascaró, entre otras.
Exclusividad
La Quinta Avenida y las arterias colindantes (Madison, Park, Lexington y la Avenida de las Américas) fueron las primeras en seducir a las marcas.
Después, y en un asentamiento progresivo, el Soho y Tribeca, dos referencias indiscutibles para amantes de las compras, se han convertido en otro importante eje para las firmas españolas, entre las que se encuentran Inditex, Desigual, Mango, Camper, Ágatha Ruiz de la Prada, Tous, Custo, Pronovias o Jaime Mascaró, entre otras.
Exclusividad
La última invitada a este festín ha sido Massimo Dutti. La enseña de Inditex acaba de inaugurar su tienda más grande del mundo, con 1.270 metros cuadrados.
Está situada en la esquina de la calle 54 con la Quinta Avenida, compartiendo vecindario con el MoMA o la Catedral de San Patricio y con los establecimientos icónicos de Gucci, Cartier, Bulgari, Tiffany, Rolex o Salvatore Ferragamo.
Esa exclusividad ha convertido a la Quinta Avenida en la zona comercial más cara del planeta, según Cushman & Wakefield. En concreto, el metro cuadrado cuesta 17.115 euros, un 38% más que hace cinco años, cuando la crisis inmobiliaria hundía el mercado. Para hacerse una idea de lo abultada que es esta cantidad, basta una comparación con las calles más caras de España, localizadas en Madrid: en Preciados, el metro cuadrado cuesta 2.880 euros y, en Serrano, 2.580 euros.
Es precisamente en Serrano donde Zara prepara la apertura de su nueva tienda bandera en España. Pero hasta que el plan se haga realidad, hay que ir a Nueva York para encontrar el principal local de referencia de la marca emblema de Inditex.
Se trata del revolucionario establecimiento inaugurado en marzo y situado en el cruce de la Quinta Avenida con la calle 52. Tal es su importancia, que el grupo gallego hizo una excepción en su política inmobiliaria y, pese a que su estrategia de expansión está centrada en las aperturas en régimen de alquiler, adquirió el imponente inmueble. Son más 3.000 metros cuadrados que bautizaron a Zara como la reina de la zona de compras más exclusiva .
No es una cuestión de suerte. Ya hace mucho tiempo que Inditex comenzó a luchar para llegar a la cima. Fue en 1994 cuando Zara, la enseña española más antigua en la ciudad, abrió el primer local en Nueva York. Hoy, tiene ocho.
También Mango ha hecho una gran apuesta. El grupo catalán inauguró el último de sus tres establecimientos, situado en la Quinta Avenida con la calle 34, en 2011, tres años después de su aterrizaje en la ciudad. Lo hizo en 2007, con una tienda en el Soho ubicada en una de las manzanas más singulares de Broadway: en pocos metros se concentran los escaparates de Zara, Mango y Desigual, otro grupo catalán que se hace fuerte. Llegó a Manhattan en 2009 y tiene hoy también tres locales, además de varios puntos de venta en cadenas de tiendas.
Es algo habitual en las marcas españolas. Por ejemplo, Tous, presente en el Soho y en el Rockefeller Center, cuenta con un espacio en los grandes almacenes Bloomingdale’s, en los que Hoss Intropia es la mejor situada.
Estos ejemplos muestran un pensamiento común de las enseñas Made in Spain: hay que estar en la Gran Manzana. Así lo dice Custo Dalmau, el único español presente en la Fashion Week neoyorquina. Fue uno de los primeros en instalarse en el Soho, donde tiene un establecimiento de 2.000 metros cuadrados.
También fue pionera Ágatha Ruiz de la Prada. La diseñadora abrió primero una tienda en el Soho, pero posteriormente se mudó a Tribeca, al 466 de Greenwich Street, cerca de las galerías de arte y de las marcas más exclusivas del popular barrio.
Otra empresa precursora de esta colonización española fue Camper. Aterrizó en la ciudad en 2001 y hoy cuenta con tres comercios. Dos están en el Soho, lo que supone también una importante apuesta si tiene en cuenta que el coste de la zona está igualmente por las nubes: el metro cuadrado se cotiza a 4.560 euros.
La expansión del Soho
Esos precios tampoco han frenado a otras enseñas que han ido abriendo boutiques. En el Soho están Tierra o Jaime Mascaró, que combina su éxito con los escaparates de Pretty Ballerinas en Lexington y en Madison.
Muy cerca se encuentra Pronovias, con un establecimiento de 2.100 metros cuadrados que se ha convertido en el buque insignia de la firma. Y a ellas se sumarán Jesús del Pozo, que prepara su desembarco en Nueva York, o Uno de 50, que ya ha comprado un inmueble en el Soho.
Todos son grandes ejemplos de la mejor cara de España en tiempos de crisis. De marcas embajadoras del país que han dado algo más que un mordisco a la Gran Manzana.
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