La inflorescencia del girasol está compuesta por dos tipos distintos de flores.
Los girasoles que Vincent van Gogh pintó hace más de 100 años eran
portadores de una mutación genética desconocida hasta ahora. “Hemos
identificado al gen (HaCYC2c) responsable de las ‘flores dobles’ del
artista impresionista”, cuenta a SINC el investigador John Burke,
coordinador de un estudio de la Universidad de Georgia publicado en la
revista PLoS Genetics.
La inflorescencia del girasol está compuesta por dos tipos distintos de flores. Uno en el perímetro exterior, en forma de una única serie de pétalos largos, aplanados, amarillos y fértiles. Y otro en su centro, formado por cientos o miles de flores pequeñas en forma de tubo que producen las semillas.
Los girasoles de Van Gogh son ligeramente distintos a los normales. Tienen múltiples bandas de pétalos amarillos y una proporción mucho menor de flores tubulares en el centro. “Las florecitas del disco interno se han transformado y son muy parecidas a las del externo”, explica Burke.
Los investigadores han descubierto que el aspecto de los girasoles mutantes es debido a que el gen HaCYC2c se activa en un sitio indebido. “Normalmente este gen está activo solo en las flores exteriores, pero en los mutantes también lo está en el disco central”, afirma Burke.
“Además de su interés histórico el descubrimiento puede tener repercusiones económicas –comenta el investigador–. Estas flores ornamentales son muy apreciadas en el mercado”.
Todavía se siguen los pasos de Mendel
En este estudio, los investigadores utilizaron la misma técnica que llevó al monje y naturalista Gregor Mendel a descubrir las leyes de la herencia en 1865.
John Burke y sus colegas cruzaron girasoles normales con mutantes para descubrir que existían dos mutaciones, una dominante que causaba las flores dobles y una recesiva que daba un tercer tipo de flor tubular con características intermedias.
Con técnicas más modernas, los investigadores secuenciaron el gen mutado y también centenares de variedades de girasol. Encontraron que las flores normales siempre tenían el HaCYC2c intacto, y que las flores dobles y las tubulares siempre tenían la misma mutación. “Estos resultados son la evidencia de que la mutación que hemos identificado es la misma que plasmó van Gogh en su momento” concluye Burke.
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