El catedrático estadounidense Daniel H. Janzen, un pionero de la ecología tropical, es el ganador de la cuarta edición de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación. El jurado destaca su pensamiento innovador.
Ha sido uno de los promotores en el uso de las técnicas genéticas de
secuenciación del ADN para clasificar y catalogar las especies y ha
sabido involucrar a las poblaciones locales en la conservación de su
ecosistema. Estos dos logros son algunos de los ejemplos que han hecho
de Daniel H. Janzen, catedrático de Biología de la Conservación de la
Universidad de Pensilvania, un referente mundial.
Janzel lleva cuarente años trabajando en Costa Rica, estudiando la interacción entre plantas y animales, y hace 25 años impulsó el Área de Conservación de Guanacaste, el mayor proyecto de restauración forestal del mundo. En sus 130.000 hectáreas, el científico aspira a identificar y documentar al menos 30.000 especies de plantas, orugas y parásitos.
Los trabajos de Janzen han permitido el desarrollo del Instituto Nacional de la Biodiversidad de Costa Rica, para catalogar y preservar las más de 500.000 especies animales y vegetales del país.
Sin embargo, esta actividad no se escapa a los problemas económicos actuales por lo que el biólogo ha recibido con entusiasmo el premio. "La dotación(400.000 euros) servirá para ayudar a los jóvenes investigadores que trabajan aquí a hacer realidad sus proyectos", ha subrayado tras conocer el fallo del jurado.
En su opinión, el galardón revela el interés que existe por los ecosistemas tropicales, que a pesar de ser mayoría "no tienen tanto impacto sobre las cuentas bancarias como los ecosistemas del norte".
Población implicada
Janzen ha alertado sobre la situación de los ecosistemas tropicales, que "se enfrentan a un proceso de destrucción acelerado", lo que dibuja un escenario muy peligroso que "afecta a buena parte de las poblaciones que viven en estas regiones. Es un problema que tiene consecuencias para toda la humanidad".
Esa concepción global de los ecosistermas ha llevado al catedrático de Pensilvania a involucrar en su proyecto a la población local de Guanacaste, a la que ha formado como 'parataxónomos' para que sepan reconocer y catalogar las nuevas especies. Esta estrategia ha impulsado el concepto de desarrollo basado en la biodiversidad, de tal manera los habitantes han convertido la selva en su fuente de bienestar.
Para el profesor de investigación de la Estación Biológica de Doñana Pedro Jorcano, "una de las mayores habilidades de Daniel Janzen ha sido la de conectar la investigación con la implicación efectiva de las poblaciones locales". Y es que el esfuerzo colectivo es fundamental para impedir la desaparición de especies tropicales.
"La degradación de estos ecosistemas afecta a áreas tan estratéticas para la humanidad como es la investigación biomédica, ya que buena parte de los fármacos se obtienen a partir de organismos de esa zona", apunta Jorcano.
La 'avidez' clasificatoria de Daniel Janzen (comparable a la de Charles Darwin) le ha llevado a ser uno de los promotores del proyecto internacional 'código de barras de la vida' (International Barcode of Life), que pretende identificar en los próximos años el 5% de las especies del planeta mediante marcadores genéticos. Jorcano justifica la importancia de esta iniciativa porque "vamos muy lentos en la descripción de especies, unas 18.000 al año, mientra que la tasa de extinción es mucho más rápida".
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