Bilingüe inglés/español; cinco años como jefe de equipo; gerente en una compañía que factura millones de euros al año, etcétera. Más que mentiras, muchos aspirantes a un puesto de trabajo adornan sus currículos con exageraciones que, en bastantes ocasiones, se desvelan en las entrevistas de trabajo. ¿Es conveniente maquillar el currículo?
Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Un refrán que bien se puede aplicar a aquellos que adornan sus currículos con mentiras y exageraciones. Algo que "los entrevistadores que llevan mucho tiempo evaluando candidatos de un mismo sector enseguida descubren", advierte Ricardo Corominas, executive director de Michael Page en Barcelona. Además, si finalmente el candidato es seleccionado las mentiras que ha utilizado podrán jugarle una mala pasada, porque deberá demostrar que cuenta con las habilidades con las que ha adornado el currículo. Si no consigue justificar su fichaje "la empresa puede rescindir su contrato", asegura Carolina Mouné, responsable de recursos humanos de Adecco Office y Adecco Professional. E, incluso, "puede recibir una demanda por parte de la empresa", avisa Corominas.
Un candidato a un empleo se puede labrar una mala reputación si miente en el currículo, ya que si le pillan se puede extender el rumor en el sector sobre su falta de veracidad acerca de sus logros, sus habilidades y su experiencia profesional.
Lo curioso es que, ante la difícil situación actual, no son pocos los que, en lugar de exagerar sus capacidades, optan por omitir formaciones superiores o tareas más cualificadas con el objetivo de entrar en puestos más bajos. Si hace unos años era habitual observar que en España casi todos los profesionales controlaban el inglés y tenían altas nociones de informática, ahora hay perfiles que prefieren adelgazar sus currículos para acceder a un empleo.
Los que más mienten
Normalmente, las personas que optan a puestos de alta cualificación son más conscientes de que la demanda de empleo es cada vez mayor y, por ello, “se solicitan más referencias y se realizan mayor número de pruebas”, explica Sabrina Martínez, directora de oficina de Randstad. Esto justifica que estos candidatos sean más prudentes a la hora de redactar el currículo. No sucede lo mismo con los aspirantes a puestos de baja cualificación. Martínez aclara que éstos “tienden a mentir en su formación no reglada e incluso en la experiencia profesional para poder superar la criba inicial y llegar a la entrevista”, añade Martínez.
Y es que llegar a ser seleccionado es la principal ventaja de mentir o exagerar en un currículo. Eso sí, cara a cara con el seleccionador, lo ideal es que el aspirante se muestre natural, deje claras sus aptitudes y capacidades, sea sincero y argumente por qué es el adecuado.
Los expertos consultados coinciden en aconsejar redactar un currículo veraz. “Tienes que venderte con tus habilidades y virtudes”, recuerda Corominas. Esto significa que los adornos y las exageraciones pueden ir en contra de los objetivos de los aspirantes a un empleo, pues aunque sean seleccionados para la entrevista personal su profesionalidad puede quedar en entredicho si se descubren estas mentirijillas.
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