Narices aguileñas, dientes separados, pechos y traseros planos o grandes mandíbulas terminan, sin embargo, por sumar atractivo a algunas estrellas, que lograron imponerlos como su sello personal.
En todas las épocas, las celebridades de Hollywood han competido por
verse del modo más atractivo y espectacular frente a las cámaras. Algunas tenían una belleza natural casi perfecta, como Marilyn Monroe o Alain Delon, quienes necesitaban apenas un poco de maquillaje para destacar sus hermosas facciones.
En la actualidad, las estrellas cuentan con cientos de recursos para verse bellas aunque realmente no lo sean:
sofisticados equipos de filmación, iluminaciones especiales, vestidos
reductores que disimulan los kilos de más, maquillajes casi milagrosos
y, por supuesto, el mejor aliado de los famosos: el Photoshop. Pero por si toda esa artillería de recursos fuera escasa, algunos recurren directamente a métodos más drásticos y deciden pasar por el quirófano o someterse a cruentos tratamientos con tal de conseguir verse casi perfectos.
Sin embargo, otros famosos prefieren no preocuparse por sus defectos y hasta los llevan con orgullo, paseándolos con naturalidad por las alfombras rojas y convirtiéndolos en su sello personal.
Narices prominentes como las de Adrien Brody, Owen Wilson o Penélope Cruz no fueron obstáculo para que los tres actores tuvieran carreras brillantes. Sarah Jessica Parker, la protagonista de la serie Sex & The City, logró convertirse en uno de los íconos fashion del siglo XXI gracias a su personaje, Carrie Bradshaw. Un caso extremo fue el de la española Rossy de Palma, que saltó a la fama de la mano del cineasta Pedro Almodóvar, quien no solo la eligió por su talento sino también por su gran nariz, con la que consiguió hacerse mundialmente conocida. Por otro lado, Tom Cruise,
quien saltó a la fama con una nariz ganchuda y con la punta para abajo,
decidió años después someterse a una rinoplastía para tener un rostro
más armónico.
En sus años dorados, Brigitte Bardot mostraba con orgullo el gran espacio entre sus dientes incisivos, algo que Madonna,
por ejemplo, no toleró. La "reina del pop" se sometió a un costoso
tratamiento odontológico para lucir la dentadura perfecta que nos
muestra desde hace unos años en la tapa de sus discos. Felices con sus bocas, la cantante Vanessa Paradis y las modelos Lara Stone y Georgia Jagger, hija del líder de The Rolling Stones, Mick Jagger, marcan tendencia en la moda con sus famosas "paletas".
En una era en la que las curvas se han puesto de moda, Kristen Stewart y Keira Knightley no se avergüenzan de no tener ni un centímetro de busto y
se muestran en bikini y con corpiños sin relleno. Pero la lista de
quienes no soportaron la mezquindad de la naturaleza y se decidieron por
los implantes mamarios es tan extensa que es imposible de enumerar por completo.
¿Famosas sin trasero? Victoria Beckham, Nicole Kidman y Cameron Diaz. En el lado opuesto, se ubica Jennifer Lopez, que lejos de disimular sus anchas caderas y su voluminoso trasero lo utiliza como una sensual arma de seducción latina.
Seguramente pocos observaron que Paris Hilton tiene un ojo notablemente más grande que el otro. Para disimularlo, siempre lo cubre con un flequillo peinado de costado que cae estratégicamente ocultando su defecto. Kate Bosworth tiene
una extensa mancha marrón sobre el iris de uno de sus ojos, por lo que
parece que lo tiene de distinto color que el otro. Una de las más
talentosas estrellas del cine y de la música, Barbra Streisand,
además de tener un ojo desviado, es dueña de una prominente nariz, pero
ambos "defectos" se convirtieron, sin lugar a dudas, en su sello
personal.
Las orejas de gran tamaño, que podrían quedar hasta graciosas en un actor cómico como Ben Stiller, podrían convertirse en un fastidio para una bella mujer, como Hilary Swank o Tyra Banks, quienes deben recurrir a sus frondosas cabelleras para tratar de cubrirlas un poco. Kate Hudson,
hija de Goldie Hawn, que padece el mismo "problema", hace continuamente
bromas asegurando que su "defecto" es una joya familiar. Además, los
grandes pabellones auditivos de Katie Holmes y de Jennifer Garner no fueron un impedimento para que los codiciados Tom Cruise y Ben Affleck les propusieran matrimonio.
¿Acaso su gran mentón fue obstáculo para que actrices como Reese Whiterspoon o Tori Spelling brillaran en la gran pantalla? Si no que se lo digan a Jennifer Aniston, que a pesar de su barbilla prominente, fue la única que consiguió que Brad Pitt -uno de los hombres más perfectos del planeta- pusiera su firma en una libreta de matrimonio.
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