Cada día más, cada momento, cada periodo de nuestra existencia en el mundo, nos acercamos irremediablemente hacía un agujero negro que ensombrecerá la existencia de los seres humanos en la Tierra y del resto de los seres vivos. Vemos ya síntomas alarmantes y preocupantes de una realidad que se quiere ocultar ante los ojos de una sociedad que camina sin rumbo.
Mires donde mires y vayas donde vayas, la deshumanización de los
humanos tapa nuestra visión de la realidad. Nos engullen en adornos
consumistas y drogan nuestros deseos para obtener cosas y perder nuestro
tiempo en entretenimientos que manipulan en la inconsciencia de
nuestras mentes.
Mientras, estamos existiendo impunemente a una extinción de especies
jamás ocurrida en millones de años y en tan poco tiempo, cuya
responsabilidad es otra especie que se cree superior a todo lo creado en
el universo. El hombre ha manchado el espíritu de la humanidad, ha
borrado la definición paternalista y amable de la que así mismo se
definía y no ha dudado en practicar la violencia, la guerra y el
asesinato contra su propia morada.
El cambio climático amenaza a las generaciones futuras y empobrece a
las sociedades del mundo actual. Sin embargo, los responsables de estos
crímenes de lesa humanidad, gozan de privilegios por todo lo alto,
viviendo la vida sin importarles el sufrimiento de los pueblos. Los
políticos, en su gran mayoría corruptos que solo velan por los intereses
del partido y el beneficio propio, son responsables en gran medida de
la deshumanización en la que vive el mundo en todos los frentes de
nuestra existencia. Son culpables si, pero también tienen cómplices que
los apoyan, votan, vitorean, aplauden. Las masas humanas que son
manipuladas a voluntad por unos pocos que han sabido establecer un
gobierno global oculto y dictatorial, son su coartada. Ahora, con esta
crisis mundial cuyos responsables han sido los bancos y el poder
financiero, bajo el consentimiento de los políticos, se han
desenmascarado y mostrado al mundo quien esta por encima de los
gobiernos: el poder económico, robando como siempre han estado haciendo.
Lo sabíamos desde hace mucho tiempo, pero ya tenemos las pruebas
irrefutables de su culpabilidad y su estrategia. Sin embargo, estamos
tan infectados por el virus de la inconsciencia y la pasividad, que no
somos capaces de unirnos en un frente común contra tan tamaña escoria,
masa de excrementos, que solo merecen ser enterrados y olvidados en la
cueva más profunda de la eternidad.
Los derechos de los ciudadanos están siendo eliminados por los
propios políticos que han sido votados por ellos. La calidad de vida
sigue bajando, millones de parados ensombrecen la actualidad de nuestro
país y de otros que han caído en manos de estos desarmados que sin
embargo no tienen interés en zanjar y meter en la cárcel a los
responsables de los paraísos fiscales. Muchos ciudadanos han caído en la
pobreza y a penas subsisten, la compra de productos no alimentarios
baja y sin embargo, la venta de coches de lujo y alta gama, joyas,
yates.....ha subido en un gran porcentaje. ¿Cómo se entiende esto? Es
claro para los ojos abiertos. Los mismos que quitan derechos a los
ciudadanos y ordenan a los gobiernos a recortar el bienestar social, son
los que están especulando y derrochando los beneficios obtenidos por
esta crisis inventada, siendo además responsables de la muerte de
decenas de miles de personas al potenciar una crisis alimentaría que
cada vez más se extenderá por muchos países del mundo.
¿Hasta donde llega la deshumanización del ser humano? ¿Cómo es
posible que no reaccione ante la muerte de millones de personas
desnutridas en el mundo? ¿Qué está ocurriendo para que determinados
hechos que avergüenzan la dignidad humana, sigan aumentando sin que
nadie haga nada por evitarlo?.
La Situación del Mundo – 2011 de The Worldwatch Institute, advierte
que ante la grave crisis agrícola protagonizada por la subida de los
mercados y la especulación mundial, el maíz, soja y otros alimentos
básicos, 925 millones de personas están desnutridas en el mundo, entre
ellas muchos niños que habitan en África y en el sur de Asia, en Haití y
en otros países pobres, que se están enfrentando a una situación de
creciente precariedad en sus vidas durante los próximos meses. Las
inversiones de los gobiernos nacionales de estos países la mayoría
corruptos y la comunidad internacional como cómplices de la corruptela,
han sido y son deficientes. Los únicos que sacan beneficios a las
ayudas, son los propios ricos de esos mismos países donde su pueblo
muere de hambre y las multinacionales se benefician de los recursos
naturales.
Millones de personas son vulnerables a enfermedades relacionadas con
la dieta poco equilibrada, especialmente por falta de verduras y frutas,
que ocasionan en todo el mundo 2,7 millones de muertes anuales y
constituyen uno de los principales factores de riesgo de mortalidad. Sin
embargo, el agua de mar, que contiene todos esos nutrientes que podrían
salvar la vida a millones de personas, sigue siendo ocultada a pesar de
la evidencia y el apoyo de muchos médicos y científicos que están
aconsejando la toma de medio litro de agua de mar diariamente para
evitar la desnutrición.
Omdimar, una Asociación española que tiene como objetivo dar a
conocer las propiedades del agua de mar, ha intentando sin conseguirlo,
que esta practica de tomar agua de mar, un bien tan sencillo y gratuito,
pueda ser adquirida entre los más pobres para evitar enfermedades como
el cólera. Las puertas de la embajada de Haití han sido cerradas a pesar
de haber puesto este conocimiento científico en las propias manos de la
embajadora y las ONGs y Fundaciones que operan en estos núcleos de
pobreza, han cerrado los oídos igualmente a esta propuesta demostrada ya
en su día por el científico Rene Quintón. ¿Puede existir tan tamaña
deshumanización que incluso, una propuesta gratuita, que no beneficia a
nadie excepto a aquel que toma el agua por su salud, sea ignorada por
los mismos que se suponen están allí para parar el hambre y la
desnutrición?. Mensajeros de la Paz, Aldeas Infantiles, Bomberos sin
Fronteras, Cruz Roja Internacional y Española, Cooperación Internacional
y muchos más, han cerrado oídos ante esta propuesta que podría salvar
millones de vidas. ¿A que estamos jugando? ¿Acaso queremos que esto
suceda? ¿Qué negocio hay detrás de todo esto?.
Gustau Nerín, escritor y antropólogo, ha escrito un libro con un
contenido escalofriante, que hace temblar la sensibilidad del ser humano
y te hacen derrumbar todas las esperanzas puestas en la rehumanización
de nuestro sistema. Es una crítica profunda a los organismos de
Cooperación y ONGs que trabajan en países africanos. Su título: Blanco
Bueno Busca Negro Pobre. Nos expone como la mayoría de Proyectos que se
hacen en África, son abandonados tras derrochar millones de euros. Como
muchas Fundaciones solo les interesa el dinero de las subvenciones para
subsistir unos pocos sin importarles las consecuencias del proyecto en
los que trabajan y un sin fin de casos, con nombres y apellidos de la
verdadera deshumanización que ha llegado a calar hondo incluso en
aquellos organismos que creíamos trabajaban con el corazón en lugar de
con los bolsillos llenos.
Mientras, 1.000 millones de personas padecen deficiencias de
micronutrientes, incluyendo vitamina A, hierro y yodo, siendo este tipo
de carencias también habitual en las poblaciones rurales y urbanas de
estos países hundidos en la miseria. También es común la ingesta
insuficiente de hierro y de zinc. En el sudeste de Nigeria por ejemplo y
según datos de The Worldwatch Institute, hasta un 50% de los niños y un
61% de las mujeres padecen anemia crónica debido a una deficiencia de
hierro. Esta carencia también está asociada con dificultades de
aprendizaje, retraso mental, desarrollo físico deficiente y una
reducción de las defensas frente a enfermedades infecciosas, que provoca
en última instancia, muchas muertes prematuras. Sin embargo, el agua de
mar, que contiene todos los minerales en su justa medida para la salud
de los seres vivos y que esta disponible de forma gratuita en la mayoría
de las poblaciones, está siendo ocultada como remedio para parar en
parte la muerte de millones de personas. Además, con los llamados Oasis
Marinos, donde con agua de mar se puede cultivar plantas muy nutritivas
como la Salicornia, que produce además harina, aceite y muchos otros
beneficios para las poblaciones locales incluida la de tomar tres vasos
diarios de agua de mar como complemento nutricional, se podría parar en
gran medida las hambrunas existentes en la actualidad y fortalecer la
salud de los niños y de los adultos en general.
Pero no, parece que los remedios más sencillos, gratuitos y
naturales, son los que el sistema actual rechaza de plano, sin querer
entender o comprobar sus efectos. La gratuidad hoy en día ha pasado a
ser un beneficio de ínfima categoría.
El Instituto Internacional de Investigación en Política Alimentaría
prevé un aumento del 18% del número de niños desnutridos en el África
subsahariana. Sólo en este lugar. La situación es verdaderamente
alarmante. La tragedia está ocurriendo tan rápidamente que decenas de
millones de personas podrían morir de hambre durante los próximos cuatro
o cinco años. El continente africano se enfrenta a una tragedia
inminente, una gran hambruna y así otros países que están en las mismas
condiciones.
Tengo pruebas suficientes para apoyar a Gustau Narín, ante el acoso
de ONGs contra su persona. En Senegal hay pozos para obtener agua
abandonados, paneles solares tirados por los suelos, vehículos nuevos en
los caminos abandonados por falta de recursos, solo porque su rueda
está pinchada o necesitan una revisión simple como el cambio de aceite.
En Cabo Verde existen molinos de viento para generar energía
abandonados. Alguien los puso con un Proyecto, pero se olvidó del
mantenimiento constante de estas colosales construcciones. En Mozambique
se ha restaurado una iglesia católica con apoyo de Cooperación
española en una isla donde todos son musulmanes, en lugar de emplearlo
para fines sociales (agua, alimentación, infraestructuras médicas, etc.)
También allí, se construye o amplia un puerto con ayuda de Cooperación y
en un hospital, existen modernas máquinas de mucho coste que están
abandonadas en un cuarto por falta de técnicos para su uso. La lista
puede seguir ampliándose con enorme preocupación.
Durante los últimos años, las multinacionales y los poderes
económicos mundiales de EEUU y la Unión Europea, han desarrollado
rápidamente el interés por la producción y uso de agrocombustibles.
Subsidios e inversiones masivas se están dirigiendo hacia este sector en
auge, con el resultado evidente de que muchas tierras han pasado en
poco tiempo de ser destinadas a la producción de comida a la producción
de agrocombustibles como energía alternativa al petróleo. Brasil, uno de
los principales productores de etanol y responsable de MINUSTA (Fuerza
de Naciones Unidas para la estabilización de Haití), ha logrado la
concesión de más de 30.000 hectáreas de tierra en Haití de producción
cañera, para su reconversión en la producción de jatropha empleada para
biocombustible, mientras que en este país hay muchas tareas pendientes y
una población que muere de hambre en la mas mísera pobreza.
Verdaderamente deshumanizador.
A todo esto, miles de indígenas y campesinos son expulsados de sus
tierras ancestrales por los gobiernos o fuerzas paramilitares, con el
objetivo de adueñarse de sus tierras y emplearlas para la explotación de
petróleo, plantaciones de monocultivos como la Palma de Aceite con
destino a biocombustibles o simplemente deforestación para robar la
madera a las selvas tropicales. Sus líderes son asesinados impunemente y
todo aquel que los defienda o estén contra las decisiones del gobierno,
corren grave riesgo sus vidas. Defender en Colombia, Brasil, Ecuador,
África, Asia, Haiti....la tierra y luchar por los derechos de los
indígenas y campesinos es pagar el 90% de tu propio ataúd. Todo ello
bajo la mirada indiferente de la Comunidad Internacional.
La deshumanización colectiva ataca todos los frentes y caminos
emprendidos por el ser humano y no parece que pueda detenerse y
reinvertir el camino hacia una esperanza y resurgimiento de la igualdad y
el respeto a la vida.
El 25 por ciento de las especies habitables en nuestro planeta se
hallan en grave peligro de extinción. Cada día numerosas especies dejan
para siempre nuestro mundo insólito y depredador dirigido por el hombre.
Las guerras continúan sembrando de muerte y dolor campos y ciudades.
Gobiernos que se odian. Religiones imperialistas que quieren tener la
razón por la fuerza, siembran odio entre sus semejantes quitando la vida
en nombre de un Dios. Se celebran años internacionales como el del
presente “Año Internacional de la energía sostenible”, mientras se
colabora y sostiene energías obsoletas y se ocultan las energías libres
que son gratuitas para la humanidad.
Pero ante esta deshumanización general que aplasta sin miramientos
todos los caminos de la dignidad, aún existe un rayo de esperanza, una
esmeralda verde que alumbra nuestra equivocación, que nos hace
comprender que no vamos por buen camino, que esta no es la senda por la
que el ser humano debe dirigir sus pasos. La rehumanización es posible
si los valores humanos al respeto por la vida se incrusta en nuestra
piel y alumbra un nuevo sendero de luz y humanización. Pero para ello,
debemos ser firmes, unirnos, crear un nuevo sistema político de acorde
con la humanidad, un mundo donde el respeto por la vida, por la
igualdad, por nuestra Tierra frágil, sean pilares fundamentales de la
sociedad.
Va a ser difícil, pero aún tenemos algo de tiempo para cambiar las
cosas y demostrarnos a nosotros mismos, que podemos ser humanos y que la
deshumanización es un error que sólo nos lleva a la autodestrucción
como seres vivos.
PEDRO POZAS TERRADOS.
1 comentario:
Todo lo que dice el artículo es cierto, y la estulticia y falta de compasión de muchos seres humanos es pavorosa..., pero precisamente por ello este mundo que hemos creado, regido por un sistema económico autofagocitario, se va al traste..., cuando antes lo haga, antes pasaremos esta experiencia de aprendizaje, que lo que no se aprende con sabiduría se hace desde el dolor.
Teresa
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