Las mujeres se lavan el pelo con champú para caballos. No es una broma. Se ha desatado una auténtica fiebre por conseguir este producto, supuestamente milagroso, que evita la caída del cabello, lo fortalece, le da brillo y acelera su crecimiento.
Miles de usuarios -en su mayor parte mujeres- han inundado Internet
con comentarios en los que muestran su satisfacción por los efectos
beneficiosos del champú para caballos y cómo este producto les va a
permitir lucir una melena larga y sedosa como la de un purasangre. Si
Babieca y Rocinante levantaran la cabeza no se lo podrían creer.
Lo que hace seis meses comenzó tímidamente con algunas mujeres que se dirigían a tiendas de animales y a webs especializadas, como yeguasycaballos.com, para comprar tan deseada pócima, hoy se ha convertido en un artículo masivo que se vende en Mercadona, Alcampo, Carrefour, El Corte Inglés o Decathlon.
Marcas especializadas en champú para caballos como Men For San, Royal Care, Mane ‘n Tail, Jason, Zaldi o Crin Blanca se agotan en los establecimientos y en muchos casos sólo están disponibles a través de Internet. El supuesto efecto milagroso del champú de Rocinante procede de la biotina, una vitamina que ayuda a fortalecer el pelo fino, hidrata el cuello cabelludo y regenera las estructuras capilares.
El presidente de la Academia Española de Dermatología, el Doctor José Carlos Moreno, aclara que “este revuelo carece de rigor científico, la biotina puede tener eficacia en algunos tipos raros de alopecia, pero tiene que ser ingerida y penetrar en la raíz del pelo, es decir que no se absorbe de forma tópica; aplicada sobre el cabello no hace nada, ni es eficaz contra la caída del pelo ni sobre su prevención”.
Estamos ante un nuevo engaño masivo que se ha propagado como la pólvora gracias a foros de Internet como recuperarelpelo.com, lacaidadepelo.com, ganarpelo.com, enfemenino.com o bellezademoda.com. Fabricantes y distribuidores del champuncito de marras dicen que el boom es fruto del boca a boca, pero resulta muy sospechosa la gran cantidad de comentarios que circulan por la Red de personas que elogian los maravillosos resultados que han conseguido con el uso de este producto. Empresas especializadas en artículos de higiene para animales que eran desconocidas hasta ahora como Laboratorios Bilper (fabricante de Men Fon San y proveedor de champú de caballo para Mercadona) o José Collado (Crin Blanca) se están beneficiando de esta moda y están multiplicando sus ventas.
El origen de esta posible campaña de márketing viral tan bien orquestada podría estar en la empresa americana Mane ‘n Tail, especializada en productos cosméticos para caballos, que fue la primera –hace un par de años– en lanzar unos anuncios muy agresivos en los que aparecían rubias explosivas con un pelo espectacular junto a caballos purasangre de deslumbrante cabellera. El slogan era “Si es bueno para el caballo, es bueno para tu cabello”. Curiosamente, aparecieron también algunas celebrities como Jennifer Aniston, Sara Jessica Parker o Demi Moore que llegaron a insinuar que el secreto de sus bien cuidadas melenas era utilizar el champú con que se lavaba a los caballos. Menos mal que no se les ocurrió decir que el pis de gato elimina las arrugas...
Resulta increíble que miles de consumidores se dejen seducir por productos milagro que prometen beneficios rápidos para la salud y que la mayor parte de las veces son falsos. Fajas de neopreno para fortalecer el abdomen; calzoncillos con iones para potenciar la capacidad sexual y reducir la hipertensión; parches cutáneos que ayudan a mejorar la piel y a eliminar varices y celulitis; almohadillas magnéticas para combatir el sida y el cáncer; píldoras para adelgazar; bayas de Goji para no envejecer; crema de babas de caracol para eliminar las arrugas; un acondicionador que magnetiza el agua; pulseras Power Balance que eliminan el estrés, la tensión y los mareos; collares cuánticos que se presentan como fabricados con minerales seleccionados por sus supuestas propiedades naturales curativas...
El abanico de productos milagrosos parece no tener fin y suponen unas ventas anuales de dos mil millones de euros. España es un mercado chollo para este tipo de artículos porque aunque existe un Real Decreto de 1996 que prohíbe los productos milagro, en la práctica no existe control. La publicidad fraudulenta de la famosa pulsera Power Balance, por ejemplo, se saldó en España con una multa ridícula de 15.000 euros, mientras que en Estados Unidos le impusieron una sanción de 42 millones que provocó la quiebra de Power Balance.
Si a pesar de no tener ningún rigor científico usted se atreve a probar el champú de caballo, tenga cuidado, no vaya a ser que un día se levante de la cama relinchando.
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