Se buscan profesores de español en países como Brasil, Ucrania, India, China, Japón y Hong Kong. Y es que en estas regiones, la mayoría localizadas en la zona de Asia-Pacífico, hay más gente interesada en aprenderlo que profesores dispuestos a enseñarlo. "Hay poco profesorado especializado porque estamos hablando de una lengua muy nueva que está empezando a crecer ahora poco a poco. En los últimos diez años se ha producido un cambio y hemos descubierto que el interés ha crecido", nos explica Richard Bueno Hudson, subdirector académico del Instituto Cervantes, creado en 1991 para la promoción y la enseñanza de la lengua española.
Los datos facilitados por esta institución hablan por sí solos. Por ejemplo, en China el año pasado solo se pudieron aceptar el 30% de las solicitudes para aprender el idioma en los 90 centros universitarios que lo ofertan. Si se hubiera aceptado a todos los alumnos, en vez de los 25.000 estudiantes universitarios actuales se alcanzarían los 83.000 y, en lugar de 600 profesores, que son los que ahora mismo trabajan en el país asiático, la cifra se hubiera triplicado.
Por otro lado, en Japón, hay 2.000 centros de bachillerato y 240 universidades que imparten español y en India se puede aprender en 15 centros universitarios (4.250 matriculados, el triple que hace seis años). A pesar de la oferta tanto del Instituto Cervantes como de los centros privados, ciudadanos de estos dos países también se han quedado sin la oportunidad de "españolizarse".
El segundo eje que demanda español es América Latina. Brasil es el "Dorado" de esta zona en el que los españoles pueden ganarse la vida: se necesitan unos 20.000 docentes.
En un país con casi seis millones de parados, la necesidad de profesores de español en distintos rincones del mundo es una buena noticia. Pero resulta paradójico que en esta época en la que desde las universidades y las comunidades autónomas se está apostando fuertemente por el emprendimiento, las nuevas ideas y la creatividad empresarial para salir de la crisis, uno de los productos made in Spain más demandados y que nos puede "salvar" –el idioma es el principal activo para aumentar las relaciones comerciales con algunos países– es algo esencial de nuestra cultura, algo que no hay que inventar.
"Nuestro idioma vende porque para otros países tiene interés desde el punto de vista comercial. El valor económico de nuestro idioma está creciendo en muchas partes del mundo", puntualiza Richard Bueno.
Esta es una de las razones por las que la Universidad de Salamanca ha decidido poner en marcha una franquicia que permita la apertura de escuelas de español en cualquier lugar del mundo. "Desde 1929 contamos con una cátedra para enseñanza de español. Este nuevo proyecto, bajo el nombre E-USAL, tiene como objetivos la internacionalización de la Usal y la generación de empleo, dar la oportunidad a nuestros egresados de abrir sus propios negocios", explica Fernando Almaraz, director del Servicio de Innovación y Producción Digital de este centro.
Nuevos negocios
"Hemos identificado que las principales zonas de expansión son Brasil, Estados Unidos y China. En menor medida estamos interesado en países europeos –como es el caso de Ucrania, donde van a abrir una de las primeras sedes– y otros de Oriente Medio", continúa.
Para poder adentrarse en la aventura de poner en marcha una escuela de español en el mundo, la Usal subraya una serie de requisitos. Como jefe de estudios –persona que coordina la formación del centro–, se exige haber cursado el máster en enseñanza del español como lengua extranjera de la Usal o bien un curso de adaptación si el interesado pertenece a otra universidad española. En el caso del que quiera trabajar en una de estas sedes como profesor, tiene al menos que ser licenciado en Filología y realizar el curso de adaptación. Cada escuela Usal necesita también una persona que se encargue de la parte administrativa y otra de gestionar la franquicia.
La idea es que los docentes utilicen el material de enseñanza elaborado por la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca, además de contar con la inspección de la USAL durante el aprendizaje. En cuanto a la metodología, "nuestros cursos para extranjeros se caracterizan y deben caracterizarse por la inmersión lingüística, es decir, se trata de cursos de español pero también de literatura, historia y cultura española", puntualiza Almaraz.
¿Una oportunidad o un reto?
Aunque a simple vista parece fácil "para ser un buen profesor de español en cualquier parte del mundo no simplemente se necesita saber un poco del idioma y tener algo de desparpajo, como cree mucha gente", confiesa el académico.
"Se requiere tener un buen conocimiento lingüístico, pero también saber gestionar situaciones en el aula, evaluar el aprendizaje del alumno, motivarlo, facilitar la comunicación intercultural, integrarse como profesor en la institución y en el país y cultura de ese país", explica Richard Bueno.
En cuanto a la metodología, en muchos países todavía utilizan el sistema antiguo de traducción de gramática y "tú tienes que saber adaptar nuestra manera de enseñar y la manera de aprender de ellos", concluye.
La adaptación de los profesores a la nueva cultura es uno de los retos más complicados. Por ello y por agilizar la gran demanda del Lejano Oriente, desde el Instituto Cervantes se propone aprovechar la presencia de los estudiantes chinos en nuestro país –en 2011 125.000 visitaron España y hay estudiantes de este país en 22 universidades españolas– para formarlos y que se conviertan en los futuros profesores de español en su país. "Una vez hayamos formado a un buen grupo de profesores, estos irán formando a otros y se asentará la base de profesores en ese país", comenta el responsable.
Para asegurar la alta competencia de los profesores y el crecimiento de personas interesadas en serlo, el Instituto Cervantes ha diseñado modelos formativos en tres niveles (a, b, y c). "Ofrecemos cursos de formación presenciales o en línea que se pueden adaptar a las distintas necesidades. También hacemos colaboraciones con universidades. Ofrecemos enseñanzas tan específicas como el modo de evaluar a los alumnos, el estudio de la fonética, la forma de impatir una clase...".
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