Las autoridades alemanas están investigando un posible fraude a gran escala en la producción de huevos orgánicos, en medio de la creciente preocupación por las prácticas de la industria alimentaria tras el escándalo europeo por la carne de caballo.
En el estado de Baja Sajonia se ha abierto una investigación contra 150 empresas sospechosas de vender con la etiqueta ecológica huevos, que, en cambio, han sido producidos por gallinas criadas en condiciones de hacinamiento. Asimismo, otros dos estados están investigando otras 50 granjas.
"Si se descubre que las acusaciones (en contra de las granjas) son verdaderas, entonces estamos hablando de un fraude a gran escala: un fraude contra los consumidores, pero también de fraude en contra de los muchos agricultores orgánicos en Alemania que trabajan honestamente", ha dicho la ministra de Agricultura alemana, Ilse Aigner, en un comunicado este lunes.
Asimismo, la dirigente instó a los gobiernos regionales a que garanticen la plena aplicación de las leyes alemanas y de la Unión Europea sobre la producción de alimentos orgánicos, a la vez que agregó que los consumidores deben poder confiar plenamente en el etiquetado de los productos. Los huevos producidos orgánicamente cuesta unos 10 centavos más que los producidos bajo condiciones estándar de la industria.
De su lado, Christian Meyer, el responsable de Hacienda en el recién nombrado Gobierno de Baja Sajonia, se comprometió a adoptar unas duras sanciones en las granjas culpables de haber infringido la ley.
Los alimentos orgánicos son una gran industria en el medio ambiente consciente Alemania, donde muchos consumidores están dispuestos a pagar más por los huevos, la carne, las verduras y otros productos que han sido producidos orgánicamente.
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