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martes, 26 de junio de 2012

Los ingenieros españoles, una pieza codiciada en el extranjero

Cazatalentos y firmas de ingeniería alertan de que nuestros titulados, muy bien considerados en el exterior, están emigrando. Las propias empresas españolas ya tienen gran parte de su negocio en otros países.


Los ingenieros españoles son objeto de deseo para empresas de todo el mundo. Alemania tiene la necesidad de incorporar a 200.000 de estos profesionales en unos años, por lo que está demandando este tipo de titulados de nuestro país desde hace tiempo. Sus corporaciones siempre habían exigido el dominio de la lengua alemana, pero ante la escasez de compatriotas que se manejen en este idioma, están comenzando a reducir sus exigencias idiomáticas. Algunas compañías han empezado a implantar el inglés como lenguaje corporativo para salvar este problema.

Pero no sólo a Alemania le interesan los ingenieros españoles. También se están comenzando a demandar con fuerza para proyectos en Norteamérica y Latinoamérica, especialmente en países como Chile o Perú, según Miguel Ángel Zuil, socio director de la firma cazatalentos Boyden Spain.

Mercado global
 
Según Javier Ruiz de Azcárate, CEO de la firma de selección Cátenon, asistimos a una búsqueda de profesionales en cualquier parte del mundo para llevarles a cualquier otra zona del planeta. Sobre todo en aquellas actividades con menores implicaciones locales, como pueden ser las financieras y las de ingenierías.
Esta firma está trabajando, por ejemplo, para incorporar profesionales al proyecto de construcción del AVE a La Meca. «Los ingenieros españoles son muy bien valorados en el resto del mundo. Hay empresas en Estados Unidos que, a golpe de talonario, están fichando equipos enteros que habían sido desplazados por sus compañías para un proyecto», asegura. 

Ruiz de Azcárate explica el fenómeno que está cambiando el mapa internacional del talento: «Antes, la misma potencia que tenía el capital para invertir, Estados Unidos, tenía también el management. Ahora, los países emergentes, especialmente en Asia Pacífico, tienen la capacidad de inversión, pero no los directivos para gestionarla. En el desarrollo y crecimiento de países como Indonesia o Singapur tiene un papel fundamental la obra civil para desarrollar infraestructuras y facilities, para lo cual necesitan ingenieros. Algo similar sucede en el Golfo Pérsico, en estados como Arabia Saudí o Qatar. Fichan a golpe de talonario a los ingenieros que no tienen. También China, que invierte mucho en África, pero no tiene managers para desplazar allí y los selecciona en Europa y Norteamérica. Los ingenieros españoles, y en general los profesionales cualificados, no van a tener problemas de empleabilidad si están dispuestos a la movilidad».

Peligros
 
En este sentido Cristina Andrés, responsable de selección y gestión del talento de Foster Wheeler en España, coincidía en que los ingenieros españoles están emigrando y se cuestionaba si estamos haciendo de low cost center para otros, pero «en vez de deslocalizar su producción a nuestro país, les estamos mandando el talento».

El hecho de que seamos una magnífica fuente de reclutamiento de ingenieros para muchos otros países es una moneda con dos caras. Por un lado, ofrece oportunidades profesionales a este tipo de perfiles en las actuales circunstancias de nuestro mercado laboral. Por otro, supone un problema de retención del talento para las firmas de ingeniería de nuestro país. La mayor parte de las empresas participantes coincidieron en este análisis. 

De hecho, todas ellas afirmaron tener ya al menos la mitad de su negocio actual más allá de nuestras fronteras, lo que supone tener que expatriar a estos profesionales, lo que les plantea, sobre todo, dos problemas. El riesgo de perderlos, de que no quieran regresar y aprovechen las oportunidades que ofrecen ahora otros países. De otro lado, la tradicional problemática de readaptación para quienes sí regresan, que tienen unas altas expectativas profesionales que difícilmente pueden ofrecerles sus empresas actualmente en España. ¿Cuál es la solución para no perderlos? ¿Volver a expatriarlos a nuevos destinos hoy más atractivos?, se preguntaron algunos de los directivos de recursos humanos presentes en la jornada organizada por Idesie Business School.

Por ejemplo Miguel Ruiz ha sido recientemente nombrado director corporativo de recursos humanos de Global Energy Services, firma de energías renovables, especializada sobre todo en la eólica. El directivo aseguró que su compañía va a necesitar 50 ingenieros que estén dispuestos a pasar fuera de España unos 200 días al año. 

En la misma línea Miriam Rico, directora corporativa de recursos humanos del Grupo Itek, explicó que su empresa, del tocado sector de la construcción, hace tres años tenía todo su negocio en España, y el 90% del mismo, incluso, en la capital del país. Actualmente, la mitad de sus ingresos ya se generan en otros mercados y la compañía tiene el objetivo de que en 2013 el 80% de la facturación proceda de su actividad exterior. La responsable de gestión de personas de esta firma explicó que está observando una situación que considera una clara paradoja: antes, los profesionales españoles tenían bastante resistencia a la movilidad. Ahora, por las circunstancias de nuestro mercado laboral, no sólo ha cambiado esa inercia, sino que incluso los que se van expatriados al extranjero para gestionar algún proyecto, muchas veces son fichados por otras empresas en los países de destino y se establecen allí sin regresar a su firma original en España. Para Miriam Rico esta coyuntura tiene un riesgo para el país: «Nos estamos descapitalizando», afirmó.

En este sentido, el CEO de Cátenon advirtió a las empresas de que después de las recesiones siempre se dispara la rotación de la plantilla, «porque las crisis siempre traen sangre. Recursos humanos tiene un reto de estrategia, de visión de futuro. Cuando pase esta recesión van a necesitar contratar si quieren crecer, pero sólo lo conseguirán con un buen proyecto y una buena marca. Las relaciones laborales después de la crisis van a cambiar».

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