Son tan rápidos, y tan peligrosos, que sus creadores advierten de la necesidad de protegerse como mínimo con un casco para subirse a ellos. Son los monopatines eléctricos de Gnarboards, que acaba de poner a la venta su tercer modelo: el Trail Rider, el más agresivo y potente de los tres que ha lanzado al mercado. Además, añaden un ruego a esta sugerencia: que el interesado vea los vídeos que muestran su uso, no vaya a ser que busque un vehículo de paseo en vez de este agresivo compañero.
La tabla, fabricada en aluminio, alcanza una velocidad máxima de 45 km/h, que puede lograr en solo 1,6 segundos. Una fiera equipada con neumáticos para cualquier tipo de superficie y cuatro motores de 850 watios. Con tracción a las cuatro ruedas, cuenta también con frenos en cada una de ellas. El manejo se realiza con un control manual con cable, que incorpora un sistema de desconexión en caso de que el usuario sufra una caída. El patín se detiene y evita la posibilidad de arrollarle.
Las baterías recargables en aproximadamente dos horas dotan al Trail Rider de autonomía suficiente para recorrer distancias de entre 24 y 32 kilómetros, por eso, cuando queda un 40% de carga, una alarma avisa al usuario de que ha llegado el momento de dar la vuelta. Así se evita el riesgo de quedarse varado y con la perspectiva de remolcar el vehículo, que pesa unos 40 kilos de peso, en brazos.
El Trail Rider está ideado por una pequeña empresa norteamericana Gnarboards Llc, establecida en el norte de California. Su fundador es Joshua Tulberg, un diseñador industrial fascinado por los vehículos eléctricos que construyó el primero en 2004. Cuesta 4.800 euros, más gastos de envío, pues sólo puede adquirirse a través de la página web del fabricante. Es el propio Tulberg el que aconseja usar protecciones en todo el cuerpo, además del casco, para evitar lesiones, basándose en sus dolorosas experiencias personales.
Más info: www.gnarboards.com
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