Decirle a alguien que está despedido no es tarea fácil y, sin embargo, es una fase por la que cualquier jefe va a pasar a lo largo de su vida laboral. Expresiones como ‘estás despedido’; ‘recoge tus cosas’ o ‘mañana no vuelvas’ no son las más adecuadas para comunicarle a un empleado su cese profesional en la empresa. Aunque no hay fórmulas mágicas para llevar a cabo esta labor, sí existen recetas que ayudan a humanizar el despido y salvaguardar la marca de la organización.
Existen muchos casos en los que un líder se ve obligado a prescindir de un colaborador: cuando la compañía no requiere de tantos empleados, cuando esa persona no ha alcanzado el nivel que exige la empresa, porque ha cometido un error, etcétera. Pero también existen ocasiones en las que el despido no es responsabilidad del empleado, sino una consecuencia de una mala situación que empuja a la organización a llevar a cabo una restructuración de plantilla. En cualquier caso, el jefe debería tener en cuenta una serie de pasos a la hora de anunciar un despido.
José Ramón Jiménez de Garnica y Blanca Jiménez Anabitarte explican en su libro El factor humano (Editorial Almuzara) la hoja de ruta que todo responsable debe respetar cuando tiene que enfrentarse con el despido de un empleado. “La misión de un buen jefe cuando se ve obligado a cesar a alguien debe ser, en primer lugar, decirle con sinceridad los motivos que han llevado a su despido”. Sin embargo, en muchas ocasiones éstos se escudan en que la decisión ha venido de arriba o prefieren llevar a cabo este proceso tan deprisa que provoca situaciones esperpénticas que pasan por anunciar el cese a través del correo electrónico, por teléfono o simplemente cancelando las claves de acceso a la Intranet.
Pilar Jericó, socia directora de Be Up, considera que la forma de acabar la relación laboral marca la calidad de liderazgo “no sólo por la persona que se despide, sino por el resto del equipo que se queda”. Manejar de la mejor manera esta situación para que no afecte al clima laboral es también responsabilidad del jefe. Por eso mismo, Jiménez de Garnica y Jiménez Anabitarte aconsejan que sea el que ha tomado la decisión del despido quien se lo comunique al empleado, y lo haga de la manera más respetuosa posible y con cierto afecto. Además, “el jefe y la organización deben ayudar a la persona a encontrar un nuevo trabajo y a orientar su vida profesional correctamente”. Es por eso que cada vez son más las empresas que cuentan con un área de outplacement, cuya misión es ayudar a quienes dejan la compañía a encontrar otro trabajo. De la misma manera muchas organizaciones cuentan ya con un área de antiguos empleados o alumni que gestiona las relaciones de la empresa con todos aquellos que un día trabajaron allí”.
El anuncio
En el momento del anuncio del cese, el responsable debe mostrarse firme pero no duro y llevar la conversación a su terreno. El jefe tiene que aportar datos, no opiniones, ser cercano pero no de forma exagerada, y no disculparse por la decisión que ha tomado. Este comunicado debe hacerse en una reunión privada entre el jefe directo y el empleado y, en ocasiones, puede encontrarse también algún representante del departamento de recursos humanos. Los expertos coinciden en que sólo en determinadas circunstancias se debe contar con un agente externo para anunciar la noticia.
El jefe debe empatizar con el empleado y no regirse por el calendario a la hora de comunicar el despido. Sin embargo, no son pocos los que aconsejan evitar los viernes por la tarde para abordar esta situación: el trabajador no tendrá tiempo para discutir la decisión y sí dos días para rumiar el anuncio y sus consecuencias.
Una vez pasado el trámite, el responsable debería hacer análisis y reflexionar sobre los hechos que le han llevado a tomar esta decisión para evitar que se repita en un futuro.
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