Especialistas mexicanos y de los Estados Unidos planean presentar en 2015 el resultado de dos investigaciones. Para el trabajo utilizan el Gran Telescopio Milimétrico.
"En ningún lado del mundo se ha podido
hacer. Con el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) se conocerá la historia
de las estrellas en el sistema solar, en la galaxia cercana, lejana y
en la más lejana, en una forma comparativa y detallada", declaró el director del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), Alberto Carramiñana Alonso.
Desde el volcán de la Sierra Negra, que se ubica entre los estados
mexicanos de Puebla y Veracruz, 170 científicos documentan desde 2008 la
vida del universo con el GTM y desde el Observatorio de rayos gamma
High Altitude Water Cherenkov (HAWC, siglas en inglés).
Este observatorio permite monitorear las 24 horas del día
fuentes celestiales emisoras de rayos gamma que estén a menos de 45
grados del cenit.
Carramiñana sostuvo que los trabajos se han organizado en dos líneas: una primera que en la que veinte
científicos analizan cómo se fueron formando estrellas cuando el
universo tenía pocos elementos pesados y otra en la que 150 expertos
tratan de crear un mapa de dos tercios de la bóveda celeste observada
tal y como se ve utilizando rayos gamma.
"Los dos proyectos serían entregados a la comunidad científica del
mundo en el 2015, cuando hayan concluido", garantizó el director del
INAOE.
Indicó que en HAWC participan ochenta científicos de veinte universidades mexicanas entre
las que destacan el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del
Instituto Politécnico Nacional (IPN) y las universidades públicas de
Puebla, México, Guanajuato, Michoacán, Guadalajara y Chiapas.
Por parte de Estados Unidos son setenta especialistas de las
universidades de Maryland, Wisconsin y Colorado, y del Laboratorio
Nacional Los Alamos (Nuevo México) los que contribuyen a la
investigación.
Este observatorio está situado en el volcán Sierra Negra, a
unos 4.581 metros de altura, y cuenta con seis unidades de investigación para documentar la historia de la formación estelar.
Además el centro científico permite captar la luminosidad de la
atmósfera, medir los estallidos de rayos gamma, construir microcircuitos
y averiguar la vida de un volcán.
Fuente: EFE
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