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lunes, 12 de marzo de 2012

Suizos se negarán a tener más vacaciones

Una vez más, los ciudadanos de ese país europeo rechazarían trabajar menos. En el referéndum de este domingo, según los sondeos, se opondrán masivamente al aumento del mínimo legal de francos pagos.


La propuesta que deben votar en las urnas es la de pasar a un piso de 6 semanas de vacaciones anuales -actualmente son cuatro. Pero, de acuerdo a la mayoría de las encuestas previas, sólo un 30% de los suizos estaría a favor de la medida. Se espera por lo tanto un rechazo masivo a esta reforma de la ley laboral.

No sorprende que, en los ambientes patronales y gubernamentales, esta iniciativa del sindicato Travail.Suisse haya sido muy mal recibida. Según el diario francés Le Figaro, las empresas helvéticas temen perder competitividad con este aumento del tiempo consagrado al ocio, considerando que el costo laboral suizo ya es uno de los más elevados del mundo. 

Por otra parte, los empresarios advierten contra el riesgo de que esta medida implique un incremento de la desocupación, aunque con su 4,2% Suiza es uno de los países con menor desempleo entre los miembros de la OCDE.

Ahora bien, el rechazo patronal a la medida es compartido por la mayor parte de la población. Una encuesta de RTS subraya que los suizos de los cantones latinos son algo más proclives a la reforma; un dato que alimenta el prejuicio ampliamente difundido en Europa de que los pueblos mediterráneos son menos propensos al trabajo que los del norte del continente. Aun así, incluso en los cantones italianos y franceses de Suiza, los votos favorables llegarían sólo al 40 por ciento. Entre los suizos alemanes la aprobación al aumento de las vacaciones apenas alcanzaría el 30 por ciento.

Como lo señala el diario suizo Le Matin, el trabajo es un valor que goza de amplio consenso en Suiza. En efecto, desde hace más de medio siglo, los suizos rechazan sistemáticamente todas las iniciativas que apuntan a reducir la jornada laboral.

Lo expresaba con ironía un titular del diario Le Temps: "Esas vacaciones que impiden trabajar en paz". Y agregaba: "Hay que decirlo, no estamos en Francia. Año 1936, las vacaciones pagadas decretadas por Léon Blum y las hordas de obreros felices invadiendo la nacional 7 [ruta que va de París hacia el sur], eso no es lo nuestro".

Es que el modelo francés es visto como un mal ejemplo en Suiza. La ley que en los años 2000 redujo la jornada laboral a 35 horas en ese país, no arrojó los resultados esperados en materia de creación de empleo y tuvo consecuencias negativas para la economía en materia de competitividad.

Los sindicatos suizos autores de la iniciativa subrayan por su lado que la productividad creció un 20% entre 1992 y 2007 y que lo justo sería que los asalariados reciban parte del beneficio. Dos semanas más de vacaciones ayudarían a reducir el estrés que sufre una tercera parte de la población activa.

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