En Gran Bretaña, un proyecto para prevenir comportamientos juveniles antisociales generó polémica. La idea es utilizar contra los jóvenes un rasgo de la edad que los acompleja.
Una estratagema bien rebuscada es la que surgió en las mentes de las autoridades de la ciudad de Cardiff, capital de Gales, según informa el diario británico Mirror. Quieren instalar en las calles farolas que tienen la propiedad de resaltar el acné en el rostro, habitualmente presente en los teenagers. Se trata de una luz rosada que es usada por las maquilladoras. La expectativa es que esto genere bromas y malestar, disuadiendo a los "perturbadores" de vagabundear por la ciudad y causar desmanes.
La ocurrencia fue criticada por la Agencia Nacional de la Juventud
con el argumento de que es un gasto de recursos limitados en algo que
sólo tendrá como resultado desplazar a los jóvenes de un lugar a otro.
Pero no es la primera vez que que los municipios del Reino Unido apelan a insólitos recursos para ahuyentar pandillas juveniles: en 2005 instalaron alarmas Mosquito, que emiten un sonido muy agudo audible sólo para los oídos de los sub-25.
Algunos centros comerciales difunden a todo volumen música clásica para calmar a las "fieras". La Policía de West Midlands confirmó que Beethoven sirvió como un eficaz antídoto a la costumbre de los adolescentes de
pasar horas en lugares públicos, no haciendo nada... en el mejor de los
casos. "Queda claro que no les gusta nuestra selección de tunes
(melodías)", ironizaron las autoridades, al comprobar una drástica
disminución del número de merodeadores juveniles, ahuyentados por estos
conciertos.
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