Jenni Goodchild, una estudiante británica de 21 años, afirma que no tiene orientación sexual ni experimenta deseos sexuales. Es lo que se considera una asexual.
Pero en una sociedad cada vez más sexualizada, ¿cómo se puede vivir siendo asexual?
"Para mí esto básicamente significa
que no puedo mirar a la gente y pensar 'mmm... sí, quiero tener
relaciones sexuales contigo', eso no me ocurre", explica Jenni.
La estudiante de Oxford es una de lo que se
calcula es un 1% de personas en el Reino Unido que se identifican a sí
mismas como asexuales.
La asexualidad es descrita como una orientación y se diferencia del celibato porque éste último es una elección.
"La gente me pregunta que si no lo he probado, ¿cómo puedo saber lo que es?", dice Jenni.
"Bueno, si eres heterosexual y no has tenido
sexo con alguien que es de tu mismo género, ¿cómo puedes saber que no te
gustará una relación homosexual?".
"Simplemente si no estás interesado, no estás interesado, independientemente de si lo probaste o no", agrega.
Tal como señala la Red de Visibilidad y
Educación de la Asexualidad (AVEN), la principal comunidad virtual de
las personas asexuales, las necesidades emocionales varían ampliamente
en estas personas, igual que ocurre en una comunidad "sexual".
Hay diferencias, dice Mark Carrigan, experto de
la Universidad de Warwick, por ejemplo entre los asexuales románticos y
los asexuales no románticos.
Diferencias
"Los no románticos no tienen ninguna atracción
romántica, así que en muchos casos no desean ser tocados ni tener ningún
tipo de intimidad física", dice Carrigan.
"Los asexuales románticos no experimentan
atracción sexual pero sí experimentan atracción romántica. Es decir,
buscan a una pareja y aunque no le responden sexualmente, sí desean
sentirse más cercanos a esa persona, saber más de ella, compartir cosas
con ella".
Jenni se describe como heteroromántica. Y aunque
no tiene interés en el sexo, sí se siente atraída a la gente y mantiene
una relación con Tim, de 22 años.
Tim, sin embargo, no es asexual.
"Mucha gente me dice que soy egoísta por
mantenerlo en una relación en la cual no obtendrá lo que desea y que
debería salir con alguien igual a él", cuenta Jenni.
"Pero Tim parece bastante feliz, así que creo que él debe ser quien decida".
Tim, por su parte, dice estar contento, conociendo a Jenni y centrándose en los aspectos románticos de su relación.
"La primera vez que ella mencionó que era asexual, pensé'¡qué raro!'", recuerda Tim.
"Pero después aprendí que no debía hacer suposiciones sobre lo que eso significaba".
"Nunca he estado obsesionado con el sexo. No soy
de los que sale en las noches para buscar a alguien con quien tener
relaciones sexuales. Sé que eso es lo que hacen muchos, pero a mí eso no
me preocupa".
Jenni y Tim no están totalmente exentos de contacto físico porque se abrazan y besan para expresar el afecto que se tienen.
La asexualidad ha sido tema de muy pocos
estudios científicos, lo cual ya llevado a especular porqué algunas
personas no sienten atracción sexual.
"Hay individuos que definitivamente lo ven como
un trastorno y que piensan que si hubiera medicamento 'lo arreglarían', o
que debería someterme a una prueba hormonal" señala Jenni.
"Y también hay gente que incluso va más alla,
que preguntan si alguna vez fui abusada siendo niña lo cual honestamente
no es una pregunta apropiada. Porque además, no fui abusada".
"Pero existe la creencia de que algo está mal en tí", agrega.
Poco entendida
El profesor Carrigan sugiere que la falta de
estudios científicos está vinculada al hecho de que hasta antes del
lanzamiento de AVEN no existía una comunidad asexual.
"Fue hasta el 2001 cuando la gente pudo comenzar a definirse a sí misma como asexual".
El experto subraya que no debe confundirse a la asexualidad con un trastorno que provoca una falta de deseo sexual en la gente.
"Ha habido muchas investigaciones sobre el
trastorno de deseo sexual hipoactivo (o inhibido), que es un trastorno
clasificado como de la personalidad", señala el experto.
"Es cuando un individuo no experimenta atracción sexual y esto le causa sufrimiento".
"Y ha habido mucha gente que posteriormente fue
definida como asexual pero que antes se le había clasificado con el
trastorno", agrega.
Todavía, sin embargo, no se logra tener un entendimiento apropiado de lo que es la asexualidad.
La doctora Pam Spurr, experta en relaciones y conducta sexual, admite no haber recibido muchas consultas sobre asexualidad.
"En las contadas ocasiones cuando me han
preguntado sobre esto, la gente a menudo se torna increíblemente
hermética porque es un tema muy raro", dice.
Agrega que la gente se siente incómoda hablando
sobre sus impulsos sexuales, ya sean altos o bajos, pero que la
asexualidad en sí misma no es un tema que haya sido ampliamente
discutido.
¿Cambio para los "sexuales"?
La cuestión que fascina a Mark Carrigan es qué
efecto tendrá en el futuro una comunidad asexual visible en las personas
que no son asexuales.
"Por ejemplo, antes de que hubiera homosexuales visibles no había un concepto de heterosexualidad", explica el experto.
"Fue sólo hasta que la gente comenzó a llamarse homosexual cuando tuvo sentido hablar o pensar de la heterosexualidad".
"Si es cierto que hasta el 1% de la población es
asexual y cada vez más gente está consciente de ello, ¿habrá un cambio
en la forma como la gente 'sexual' piensa en sí misma?".
"Porque por ahora no tenemos realmente una buena palabra que pueda describir a la gente que no es asexual" señala Mark Carrigan
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