Los hijos de aquellas madres que tomaron más pescado durante el embarazo obtuvieron mejores resultados en los test de inteligencia verbal, motricidad y conducta social. Así lo recoge un estudio que publica el American Journal of Clinical Nutrition y coordinado desde la Universidad de Granada (UGR).
¿Pueden las mujeres embarazadas mejorar la capacidad intelectual de
sus hijos comiendo pescado? Los resultados de un reciente estudio,
presentado en la revista American Journal of Clinical Nutrition,
muestran cómo los niños nacidos de mujeres que consumieron más pescado
durante el embarazo logran mejores resultados en las pruebas de
inteligencia verbal, habilidades de motricidad fina y una mejor conducta
prosocial. Estos resultados se han obtenido en el marco del proyecto NUTRIMENTHE - Efecto de la dieta sobre el rendimiento mental de los niños,
financiado con 5,9 millones de euros a través del 7º Programa Marco de
la UE (7PM), y coordinado por la profesora Cristina Campoy de la UGR.
El aceite de pescado es la principal fuente de ácidos grasos omega-3
de cadena larga, como el ácido docosahexaenoico (DHA), un componente
estructural clave de las membranas celulares del cerebro. La Comisión
Europea apoya y declara las propiedades saludables del DHA, ya que
contribuye "al desarrollo normal del cerebro fetal y de los bebés
alimentados con leche materna y también favorece el desarrollo normal de
la visión en el feto y en el lactante".
Los científicos han investigado el efecto de la ingesta de pescado
durante la gestación junto a la variabilidad genética sobre la capacidad
intelectual. Para ello se centraron principalmente en los polimorfismos
del grupo de genes de las desaturasas de ácidos grasos (FADS) que
codifican las enzimas delta-5 y delta-6 desaturasas que intervienen en
la síntesis de los ácidos grasos de cadena larga de las series omega-3 y
omega-6.
Usando muestras de sangre de más de 2.000 mujeres, a las 20 semanas
del embarazo, y del cordón umbilical de sus hijos al nacimiento, los
investigadores han analizado los ácidos grasos de cadena larga de las
series omega-3 y omega-6 y han determinado el genotipo de 18
polimorfismos de nucleótido único del FADS. El equipo ha analizado el
efecto de la ingesta materna de pescado durante la gestación, como
fuente de ácidos grasos omega-3 y omega-6, y su efecto tras la
transferencia placentaria sobre el desarrollo fetal y cómo los
diferentes genotipos van a influir sobre los niveles de estos
importantes ácidos grasos de cadena larga en el feto.
Lo equipos de las doctoras Pauline Emmett (Universidad de Bristol, Reino Unido) y Eva Lattka (Helmholtz Zentrum München, el
Centro Alemán de Investigación de Salud Ambienta), junto al del
profesor Berthold Koletzko (Universidad de Münich, Alemania), han
descubierto cómo los polimorfismos del grupo de genes FADS afectan las
concentraciones de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga en
las mujeres durante el embarazo.
Ácidos grasos y genotipos
Según los investigadores, la composición de ácidos grasos en la
sangre del cordón umbilical depende de los genotipos maternos y de sus
hijos, de tal manera que estos genotipos se asocian principalmente con
los precursores de los ácidos grasos de la serie omega-6, y los
genotipos del niño están asociados a los ácidos grasos más elongados de
esta serie omega-6. También han demostrado que las cantidades de DHA de
la serie omega-3, y principal componente de las membranas de las células
del cerebro, son dependientes de los genotipos maternos y de sus hijos.
Lattka afirma: “Hay una mayor contribución a la síntesis de ácidos
grasos de cadena larga de la serie omega-6 por parte del feto de lo que
se esperaba; los niveles de DHA en el feto dependen del metabolismo
materno y fetal” y concluye que “la cantidad de DHA suministrada al feto
por la madre a través de la placenta podría ser muy importante".
Además, en un estudio previo, los investigadores han demostrado que
el consumo de pescado durante el embarazo se asocia con un mayor
Coeficiente de Inteligencia (CI) en los niños a los 8 años; sin embargo,
los investigadores se preguntan ¿qué hay en el pescado que determine
ese efecto? El trabajo identificó cómo el consumo de pescado está
asociado con los niveles maternos de DHA, pero aún no hay datos respecto
a si los niveles de DHA maternos están directamente relacionados con
los resultados en los niños.
En el proyecto NUTRIMENTHE, que tiene previsto finalizar en
2013, se trabaja para resolver esta cuestión. El pasado mes de octubre
sus investigadores organizaron un simposium internacional con el tema Nutrición y Función Cognitiva
en la Conferencia de las Sociedades de Nutrición Europeas que se
celebró en Madrid. Este evento contó con la participación de
investigadores de diferentes países, Bélgica, Alemania, Hungría, Italia,
Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Estados Unidos y España (Rovira i
Virgili y Granada) que forman parte del consorcio NUTRIMENTHE.
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