No se entiende muy bien qué hacía semejante bestia suelta por una
zona urbana de Rusia. El desconcierto de encontrarlo
deambulando por allí permite entender la sorpresa de la mujer atacada. Toda la secuencia fue grabada por un teléfono móvil.
La historia comienza con una mujer apurada. Es pleno día en una zona abandona, y por ende bien tranquila, de Rusia. Ella no aguanta más... tiene que ir al baño. Pero, evidentemente, su casa quedaba muy lejos y no había ningún bar en las inmediaciones. Así
se esconde muy cerca de lo que parece ser un edificio
abandonado. Allí se baja los pantalones sin saber que, a sus espaldas,
una bestia blanca la esperaba agazapada.
El ataque es brutal, sin embargo alguien que observaba la situación
lanzó una lata que aparentemente asustó al animal. El oso polar soltó a
su presa y volvió a esconderse detrás del edificio.
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