Las frecuentes y constantes reuniones entre Manuel Llorente y Bankia con el objetivo de refinanciar la deuda del Valencia tendrán en pocas fechas un punto de acuerdo. El presidente trata de buscar una alternativa para ganar tiempo y aligerar el coste anual, después de que se haya roto el plan Newcoval. El club y la entidad financiera están próximos a alcanzar un consenso.
Fuentes conocedoras de la operación dan por sentado que ambas partes llegarán a un acuerdo que permitirá al Valencia alargar el plazo de devolución del crédito de 219 millones y, sobre todo, pagar menos intereses, ya que actualmente abona en la órbita de los 15 millones al año. Las negociaciones entre el club blanquinegro y la entidad financiera se encaminan ahora a encontrar las garantías que avalen la refinanciación de la deuda.
En ese sentido, las fuentes explicaron que se está negociando que el club acuerde pagar a la entidad un porcentaje fijo de sus ingresos futuros, fundamentalmente extraordinarios, como condición para relajar las condiciones del crédito.
De esa forma, Bankia podría llevarse una parte de cada traspaso de un jugador que realice el Valencia en el futuro, ya que la plantilla es uno de los principales activos con posibilidades de revalorización con los que cuenta el club.
Lo mismo ocurriría con otro tipo de recursos que genere la sociedad, como por ejemplo los ingresos procedentes de la Champions. Si el equipo supera más rondas de las previstas en los presupuestos obtiene más ingresos extraordinarios y, por tanto, dispone de mayor capacidad para devolver el préstamo. Si llegara a la semifinal, un porcentaje del dinero que la UEFA le dé como premio irá también para el principal acreedor, el banco.
La entidad financiera valora la capacidad que posee el club para generar ingresos y reducir su deuda, como demuestra la gran rebaja que ha llevado a cabo la actual directiva en los últimos tres años. El Valencia debe a día de hoy 173 millones menos que en 2009. En cualquier caso, el club y el banco aún negocian sobre qué tipo de activos se establece la garantía.
Esta modalidad de crédito con compromiso (Covenants), que ofrece como garantía de cobro los recursos que genere la sociedad en el futuro, está bastante extendida en EE UU, pero es poco habitual en empresas europeas y, en particular, entre las españolas, según explica el catedrático en Derecho Mercantil de la UPV, Juan Bataller.
Para este experto, el Valencia es una sociedad con capacidad para generar recursos, como los derechos de televisión o la revalorización de la plantilla, entre otros. Esto le permite utilizar un porcentaje de su caja para garantizar la devolución del crédito. Pero es imprescindible que el club siga funcionando. «Si se para, no genera recursos;al banco no le interesa que el Valencia entre en concurso de acreedores», opina Bataller.
Aunque Llorente no sólo negocia la refinanciación del crédito del club, sino también el de la Fundación, que es el más urgente, ya que el plazo para abonar los intereses acaba el próximo día 27, cuando se hayan cumplido los tres meses de moratoria que la ley permite. Son 5,4 millones de euros que el máximo accionista no puede pagar, y la única salida es renegociarlos con la entidad financiera.
Bankia podría ejecutar el préstamo de la Fundación y obligar a que el avalista, la Generalitat, a través del Instituto Valenciano de Finanzas, se haga cargo del pago, y por tanto, del mando de la sociedad blanquinegra, pero no lo va a hacer. Pero de nuevo el banco se encuentra con que le interesa que reflote el patronato salga adelante para que le devuelva el dinero prestado.
Respecto a la deuda del club, tiene de plazo hasta el 27 de diciembre para pactar unos periodos de pagos. De esta forma Llorente consigue ganar tiempo, tanto con el club como con la Fundación, y así buscar la solución definitiva. Esta es la venta de las parcelas de Mestalla, clave para reiniciar y acabar las obras del nuevo estadio. Para ello harían falta 145 millones de euros, además de los 17 más IVA que se deben a las constructoras.
El viejo Mestalla
El estadio de la avenida de Suecia, según la tasación más reciente, vale 50 millones más que cuando empezó la abortada operación Newcoval. El solar vale en estos momentos 225 millones, cantidad idéntica a la hipoteca con Bankia.
Este viernes el club realizará la junta general de accionistas, en la que Llorente explicará a los socios el balance de las cuentas. Con su gestión económica puede sacar pecho, tras la reducción de la deuda. Esta temporada presenta unos beneficios de 1,5 millones y la próxima hay presupuestados 4,5. Además, sólo faltan por pagar a la UTE 17 millones y el préstamo de Fomento Urbano de Castellón está casi liquidado. Por si acaso, el rodillo de la Fundación evitará cualquier sorpresa en las votaciones. Esta tarde el máximo accionista se reúne para decidir el sentido del voto en dicha junta.
Llorente adelantará a los patronos los detalles financieros de la sociedad, aunque el punto más caliente será el turno de ruegos y preguntas. La mayoría de patronos están muy preocupados por la situación y quieren saber en qué punto están las negociaciones con Bankia para que la Fundación mantenga las acciones en su poder. En la cita del viernes, la directiva planteará a los accionistas una reducción de capital de 50,58 millones de euros, prácticamente la mitad que tiene ahora. La decisión se toma para «restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio neto de la sociedad, disminuido por las pérdidas acumuladas», según el orden del día.
El Valencia tiene unas pérdidas de 45 millones. Eso ha consumido el patrimonio neto, que ya supone menos de la mitad de su capital social. La legislación mercantil obliga a las sociedades anónimas inmersas en esa situación a convocar una junta de accionistas para restablecer el equilibrio patrimonial. La solución es la reducción del valor nominal de las acciones en 23,92 euros por título. A la mitad de lo que valen ahora. Una operación contable para devolver el equilibrio de la sociedad, pero sin que entre dinero nuevo. Este reparto de dividendos reportará 2,75 euros por título a cada accionista. La Fundación posee el 74%, lo que suponen 1.530.000 acciones, y le corresponderían 4,2 millones de euros para pagar gran parte de los intereses.
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