El domingo pasado Obama estaba haciendo campaña en Port St. Lucie, Florida. Estaba previsto que hiciera un par de llamadas a dos voluntarios locales delante de las cámaras. Pero cuando su ayudante Marvin Nicholson le dio su iPhone personal –donde guardaba los números de los voluntarios–, un aturdido Obama no fue capaz de llamar.
Tras un rato intentándolo, Obama murmuró: "Puede hacer esto. Es que todavía tengo una Blackberry". Finalmente, cuando no consiguió hacer la llamada, culpó a Nicholson por no tener un contrato en el móvil que le permitiera hacerlo. Terminó llamando con el móvil de otro ayudante, pero el voluntario no contestó. Finalmente logró hablar con ambos, aunque uno de ellos no se creyó que estuviese hablando con el presidente.
La anécdota parece eso, una simple anécdota, aunque no diga mucho a favor de la capacidad tecnológica del presidente. Sin embargo, a la vista del pasado de Obama adquiere otro tono. En la campaña de 2008, el candidato John McCain recibió un golpe especialmente injusto y desagradable por parte de la campaña de Obama, que le acusó de no ser capaz de enviar un correo electrónico, algo que le incapacitaba para ser presidente. Sin embargo, el problema de McCain es que era físicamente incapaz de manejar un ordenador debido a problemas con la movilidad reducida de sus brazos tras las torturas que sufrió por parte del Vietcong en la guerra de Vietman.
No ha sido la última vez que Obama ha utilizado la incapacidad tecnológica de otros para ensalzar la propia. En marzo de este año aseguró a sus seguidores que "siempre ha habido gente que no cree en el futuro ni en intentar hacer las cosas de forma diferente. Uno de mis predecesores, Rutherford B. Hayes, dijo del teléfono que 'es un gran invento, ¿pero quién querría usar uno?'."
Entre las risas de del público, Obama añadió que "por eso no está en el Monte Rushmore, porque estaba mirando hacia atrás, no hacia delante. Estaba explicando por qué no podíamos hacer algo, en lugar de por qué podíamos hacerlo".
Pero Hayes nunca dijo tal cosa, según los historiados. Es una cita falsa que pulula por internet. De hecho, al contrario de lo que se podría desprender de las palabras de Obama, instaló durante su mandato (1877-1881) el primer teléfono en la Casa Blanca, fue el primer presidente en usar una máquina de escribir y pidió a Edison que le hiciera una demostración del fonógrafo.
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