Una galaxia infinitamente mayor que la Vía Láctea es el hallazgo estrella del último número de Nature.
Un equipo internacional de científicos ha detectado el cúmulo de
galaxias más masivo y luminoso hasta ahora identificado. Según señala el
trabajo, publicado en Nature y del que se hace eco Europa
Press, la Vía Láctea no sería "más que una mota" al lado de esta
estructura que, posiblemente, sea una de las mayores del universo.
Los investigadores han detallado que el cúmulo de galaxias hallado se
encuentra a siete mil millones de años luz de distancia de la Vía Láctea
y produce unas 740 nuevas estrellas al año, sólo en su galaxia central.
Pero además de su tamaño y su luminosidad, este cúmulo, que ha sido
bautizado como grupo Phoenix, tiene otra cualidad que el autor principal
del estudio, Michael McDonald, ha calificado de "excepcional": Mientras
que los núcleos de los cúmulos la mayoría de las galaxias aparecen de
color rojo, indicando que sus estrellas son de edad avanzada, el núcleo
de Phoenix es de color azul brillante, lo que significa que el gas
circundante se enfría a un ritmo rápido, generando las condiciones
ideales para un estallido de estrellas masivas.
"Las galaxias centrales son de color rojo porque están formadas por un
montón de viejas estrellas que orbitan alrededor de un agujero negro
masivo, y en ellas no pasa nada nuevo", ha explicado McDonald, quien
añade que en la galaxia central del nuevo grupo "ha llegado a la vida de
alguna manera, y está dando a luz un prodigioso número de nuevas
estrellas."
Así, para el investigador y sus colegas, el cúmulo de galaxias
'Phoenix' podría arrojar nueva luz sobre un enigma astrofísico de
décadas de antigüedad denominado "problema de flujo de refrigeración".
El gas en el núcleo de un clúster, que procede de otras galaxias
cercanas y las explosiones de supernovas, debe enfriarse con el tiempo,
formando una suficiente de flujo frío para condensar y formar nuevas
estrellas. Sin embargo, los científicos han sido incapaces de
identificar este fenómeno hasta ahora.
McDonald ha indicado que "puede que el enfriamiento natural de un grupo
se interrumpa de alguna manera". "En el cúmulo de Perseo, por ejemplo,
el agujero negro emite chorros de partículas que pueden actuar para
recalentar el núcleo, evitando que se enfríe por completo", ha apuntado.
"Lo que es interesante acerca del grupo Phoenix es que se puede ver
casi todo el enfriamiento que se predijo en la teoría", ha apuntado el
científico. A su juicio, el cúmulo hallado ahora "podría ser que estar
menos evolucionado que otras galaxias".
El grupo 'Phoenix' se detectó por primera vez en 2010 por los
investigadores que utilizan el Telescopio del Polo Sur, un telescopio de
10 metros de ancho que está situado en la Antártida. Posteriormente, el
equipo obtuvo imágenes de la agrupación de 10 telescopios en el espacio
y en Tierra en todo el mundo. Cada telescopio observa el clúster en
diferentes longitudes de onda, iluminando las diferentes características
de la misma.
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