Con el fin de imitar comportamientos animales en robots, los investigadores se asociaron con expertos en robótica de la Universidad de Berkeley para recrear este comportamiento en un robot de seis patas, añadiendo tiras de velcro.
Un nuevo comportamiento de las cucarachas, descubierto por biólogos de la Universidad de California, confirma la reputación del insecto como uno de los mejores artistas del escape de la naturaleza. Además de su gran velocidad, sus maniobras rápidas, y su capacidad de pasar a través de las grietas más pequeñas, la cucaracha también puede girar sobre un borde y desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Para ello, el insecto se agarra al borde con unas garras, parecidas a ganchos, situadas en sus patas traseras, y se balancea para adherirse a la superficie inferior.
Con el fin de imitar comportamientos animales en robots, los investigadores se asociaron con expertos en robótica de la Universidad de Berkeley para recrear este comportamiento en un robot de seis patas, añadiendo tiras de velcro. El equipo de científicos ha publicado su investigación en 'PLoS ONE'.
El estudiante Jean-Michel Mongeau, del Grupo de Biofísica de la Universidad de Berkeley, notó por primera vez que, en el comportamiento de las cucarachas recién identificado en el estudio, éstas utilizaban sus antenas para detectar y cruzar obstáculos. Según Mongeau, "cuando filmamos a los insectos con una cámara de alta velocidad, y lo vimos posteriormente a cámara lenta, nos quedamos impresionados al ver que las patas traseras de la cucaracha se agarraban a la superficie, y les permitían pivotar alrededor de un borde".
"Las cucarachas continúan sorprendiéndonos", afirma Robert Full, profesor de Biología Integrativa, quien, hace 15 años, descubrió que cuando las cucarachas corren rápidamente, se alzan sobre sus dos patas traseras, como los humanos bípedos. Según Full, estos insectos tienen rápidos sistemas que les permiten desaparecer rápidamente en respuesta a la luz o al movimiento, a velocidades de hasta 50 longitudes de su cuerpo, por segundo.
Esto hace que sean muy buenos al escapar de los depredadores. Sorprendentemente, los investigadores descubrieron un comportamiento similar en los lagartos, que tienen uñas en forma de gancho, y en los geckos, que utilizan esta técnica de escape en la selva. Este comportamiento está, probablemente, bastante generalizado, ya que es una manera eficaz de moverse rápidamente, y escapar.
El grupo de investigadores se asoció, entonces, con el grupo de robótica dirigido por Ron Fearing, profesor de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en la Universidad de California, en Berkeley. En el laboratorio de Fearing, los estudiantes Paul Birkmeyer y Aaron Hoover, añadieron velcro a las patas traseras de un pequeño robot, inspirado en la cucaracha, llamado DASH (Dynamic Autonomous Sprawled Hexapod), que fue capaz de reproducir el mismo comportamiento observado en las cucarachas y las lagartijas.
"Este trabajo es un gran ejemplo de cómo entender los principios físicos utilizados por la naturaleza puede inspirar el diseño de robots ágiles", afirma Fearing.
Mongeau y el bioingeniero Brian McRae, analizaron entonces la mecánica de la maniobra, descubriendo que la cucaracha -una cucaracha americana (Periplaneta americana)- no se desliza simplemente sobre un borde. En realidad, el insecto corre a toda velocidad hacia el borde, se lanza, y luego se agarra a éste con sus garras, girando bajo el borde. Este movimiento pendular somete al animal a una gravedad similar a la que los humanos sienten cuando hacen 'puenting'.
Además de ayudar a los científicos a comprender la locomoción animal, estos hallazgos permitirán la fabricación de mejores robots, que puedan hacer transiciones para moverse sobre superficies complejas, y llegar a zonas peligrosas donde los socorristas no pueden entrar.
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