“Creemos que las mariposas prefieren aparejarse con individuos de su propia especie”, aclara a SINC James Mallet, investigador de la Universidad de Harvard (EE UU).
Un total de 80 investigadores de 32 centros de investigación de
universidades e instituciones de ocho países han trabajado en la
secuenciación del genoma de la mariposa del cartero (Heliconius melpomene).
“Creemos que las mariposas prefieren aparejarse con individuos de su
propia especie”, aclara a SINC James Mallet, investigador de la
Universidad de Harvard (EE UU), y coautor de la secuenciación del genoma
de la mariposa del cartero obtenida por el consorcio internacional del Genoma de Heliconius.
Sin embargo, según el estudio que publica Nature, hay mariposas que en ocasiones se reproducen con miembros de otras especies (Heliconius timareta y Heliconius elevatus).
Con ellos comparten genes asociados al diseño de los colores de sus
alas, cuya composición cromática mejora la habilidad para asemejarse al
entorno.
Las mutaciones genéticas son el mecanismo adaptativo común de las
especies animales. En el caso de los insectos, los científicos sugieren
que la hibridación (intercambio de información genética entre dos
especies) facilita la supervivencia. Las mariposas habrían mejorado de
este modo su mimetismo.
Para los investigadores, este proyecto cambia la forma de entender la
adaptación. “A la especie le sale más a cuenta hibridarse con otras
para conseguir patrones de colores, que tener que evolucionar desde
cero”, certifica Kanchon Dasmahapatra, investigador del University College de Londres (Reino Unido).
El objetivo de la secuenciación es “entender los orígenes de la
biodiversidad en la mayoría de ecosistemas terrestres, como en la selva
tropical del Amazonas”, explica Mallet quien añade que el equipo está
interesado en conocer diferentes aspectos de la mariposa, como la
fluctuación de genes entre especies y su comportamiento reproductivo.
‘Mariposear’ con los genes
Los investigadores eligieron esta mariposa, que pertenece a un género
de 43 especies distintas, porque gran parte de la investigación del
género Heliconius se centra en esta especie y sus parientes más
cercanos, “aparte de que tiene un genoma menor”, señala a SINC James
Mallet, de la universidad de Harvard (EE UU).
Los científicos sospechaban que las tres especies Heliconius melpomene, Heliconius timareta y Heliconius elevatus
eran lo suficientemente cercanas como para hibridarse ocasionalmente.
Según Mallet, entre uno de cada mil y uno de cada diez mil ejemplares
recolectados en el medio silvestre son híbridos.
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