Steve Jobs, Rafa Nadal y Sara Navarro son protagonistas de carreras profesionales ejemplares. Hasta llegar a la cima han tenido que superar adversidades, de las que han salido fortalecidos. Su secreto es que poseen una elevada resiliencia, una cualidad que se puede adquirir en cualquier etapa de la vida.
La resilencia es la capacidad humana de afrontar situaciones
difíciles, saber sobreponerse a ellas y salir con más fuerza. Las
personas más resilientes mantienen un alto equilibro emocional en
momentos de estrés y aguantan bien la presión, lo que les hace sentir
que controlan la situación y que son capaces de afrontar los retos. Un
claro ejemplo es el del creador de Apple, que desde que comenzaron sus
graves problemas de salud 2004 y hasta su muerte, en octubre de 2011,
llevó a la compañía hasta los niveles más altos.
La neuropsiquiatra Rafaela Santos, presidenta del Instituto Español de Resiliencia, explica que "es
una cualidad innata, aunque se va adquiriendo por el entorno. A medida
que se van viviendo experiencias positivas, el individuo se hace cada
vez más positivo, se siente capaz de cualquier cosa y desarrolla la
resiliencia. Todo arranca de la educación recibida en la infancia y que condiciona el desarrollo de la confianza y de la autoestima".
Las personas que evolucionan sin resiliencia son inseguras y con baja autoestima. Además, poseen un escaso control emocional,
poca regulación y ante un fracaso buscan excusas y cargan a otros con
la responsabilidad. "Han tenido un proceso educativo tóxico", dice la
neuropsiquiatra. "Ante la incertidumbre, muchas personas no saben
aguantar el presente y se proyectan en el futuro, que es cada vez más
imaginativo y más negro, lo que genera mucha frustración".
Aquí se puede encontrar una explicación a cuál es el estado de la
sociedad en el actual escenario de crisis económica. Santos apunta que
"la ansiedad es una patología de la que pocos se escapan hoy en día. La
ansiedad es miedo y lo que más la provoca es la incertidumbre, no saber
cómo van a salir las cosas". Y entre las situaciones que suscitan mayor ansiedad está un despido laboral, "más incluso que la muerte".
Resiliencia en las empresas
Si se cumplen las
previsiones del Gobierno de que el año acabará con más de un 24% de
paro, cabe esperar en España una pandemia de ansiedad y depresión. Según
la encuesta Gallup, la depresión nos cuesta cada año 745 millones de
euros (entre tratamientos y pérdidas de productividad laboral). Sin
embargo, la neuropsiquiatra afirma que la factura se puede reducir con
la prevención: "Cada euro invertido en prevenir ahorra 100 en
tratamiento y mil en rehabilitación".
Potenciar la resiliencia es una estrategia para prevenir la ansiedad y
la depresión. En un simposio que ha tenido lugar esta semana en la
Fundación Ramón Areces, de Madrid, empresarios y médicos han debatido
sobre este asunto. Sobre la mesa se ha puesto, entre otras cuestiones,
los beneficios de impartir cursos de resiliencia en organizaciones
empresariales, centros educativos e incluso hospitales.
Estos programas, cuya duración media es de tres meses, trabajan con
terapia cognitiva conductual, identifican los pensamientos que llevan a
la ansiedad y trabajan el cambio de pensamiento. Previamente, "los
individuos responden a un test que nos orienta sobre la vulnerabilidad
de esa persona y a partir de las respuestas elaboramos un tratamiento
personalizado", explica la directora del Instituto Español de
Resiliencia.
Al final, de lo que se trata es de aprender a romper el círculo del miedo para superar la adversidad.
Algunos consejos para aumentar nuestra resiliencia innata son:
autoconfianza (para anticiparnos y leer la realidad de una manera
distinta), alto nivel de flexibilidad (para actuar de forma distinta),
orientación al logro, perseverancia y, ante todo, no huir nunca del
problema.
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