Johnsen ha colaborado con un grupo de biólogos para explicar, tanto física como biológicamente, cómo utilizan, el calamar gigante y el calamar colosal, sus grandes ojos.
El calamar gigante utiliza sus grandes ojos para escapar de sus
predadores, según un científico de la Universidad de Duke, el biólogo
Sönke Johnsen, quien ha explicado que el tamaño este órgano está
vinculado con la capacidad del calamar "para detectar y escapar de sus
depredadores, los cachalotes".
Johnsen ha colaborado con un grupo de biólogos para explicar, tanto física como biológicamente, cómo utilizan, el calamar gigante y el calamar colosal, sus grandes ojos. El equipo observó que el diseño y tamaño del ojo permiten a los calamares avistar a los cachalotes. El estudio ha sido publicado en 'Current Biology'.
Los calamares grandes pueden ser de dos tipos: gigantes y colosales. Estos animales pueden llegar a pesar lo mismo que cinco hombres adultos juntos, peso comparable al de un pez espada de gran tamaño; sin embargo, los ojos del pez espada son, aproximadamente, del tamaño de una pelota de béisbol. "No tiene mucho sentido que el calamar gigante y el pez espada sean similares en tamaño, pero los ojos del calamar sean, proporcionalmente, mucho más grandes", explica Johnsen, quien añade que "la pregunta es ¿por qué los calamares gigantes necesitan unos ojos tan grandes?".
Para explicar el tamaño de los ojos del calamar, Johnsen y sus colaboradores midieron, primeramente, los ojos de calamares gigantes y colosales, a partir de fotos y animales capturados. Por otro lado, obtuvieron datos sobre la claridad del agua y la cantidad de luz en las profundidades del océano, donde viven los calamares. Con esta información, los científicos comenzaron a modelar matemáticamente cómo funcionarían los ojos de las criaturas, y lo que podían ver con ellos.
Así, el equipo descubrió que los grandes ojos de los calamares recogen más luz, en comparación con animales de tamaño similar, pero con ojos más pequeños. La cantidad extra de luz mejora la capacidad del calamar para detectar pequeñas diferencias de contraste en las condiciones oscuras de las profundidades del océano; según Johnsen, esta capacidad de distinguir contrastes es fundamental para detectar objetos grandes y lejanos, como ocurre con la bioluminiscencia estimulada por los animales grandes, como los cachalotes.
El equipo observó que los cachalotes nadan de forma continua, mientras que emiten ondas acústicas para detectar a los calamares. Los cefalópodos son sordos a la sonda, pero la presencia del cachalote hace que pequeños organismos, como el plancton, produzcan luz.
Según el diseño de los ojos del calamar, el animal podría ver la luz, aun con bajo contraste, a través de largas distancias, de hasta 120 metros. El contraste es bajo porque el agua absorbe y dispersa la luz, a medida que viaja desde el plancton, que brilla intensamente a los ojos del calamar.
Sin embargo, Johnsen cree que, probablemente, el sónar de un cachalote puede detectar a los calamares antes de que éstos vean la luz; como resultado, el calamar seguiría dentro del rango de detección de la ballena, pero podría planificar un escape. "Es la depredación de los cachalotes, lo que ha impulsado la evolución del gigantismo en los ojos de estos calamares", afirma.
Los científicos se extienden más allá de su teoría para explicar cómo el calamar ictiosaurios, un tipo de dinosaurio, también pudo haber utilizado sus ojos de gran tamaño para detectar objetos grandes, como otros dinosaurios marinos, en la tenue luz de las profundidades del océano.
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