Científicos de Alemania han descubierto que, además de contar sus pasos, estas criaturas tan sorprendentes utilizan las vibraciones del suelo y los campos magnéticos para volver a su nido sanas y salvas tras haber salido a buscar comida.
Las hormigas del desierto no pueden orientarse mediante puntos de
interés debido a lo desolado del entorno, pero sorprendentemente nunca
se pierden. Científicos de Alemania han descubierto que, además de
contar sus pasos, estas criaturas tan sorprendentes utilizan las
vibraciones del suelo y los campos magnéticos para volver a su nido
sanas y salvas tras haber salido a buscar comida.
Investigaciones anteriores habían demostrado que las hormigas utilizan lo que se denomina «integración de rutas» («path integration») -mediante la cual los animales emplean características de su entorno para calcular la distancia y la dirección y conocer de forma aproximada su posición geográfica- para dar con su nido. Investigadores del Instituto Max Planck de Ecología Química de Jena (Alemania) acaban de demostrar que las hormigas del desierto también pueden servirse de puntos de referencia generados por campos magnéticos y vibraciones para encontrar su nido. El estudio se ha publicado en la revista PLoS ONE.
El equipo europeo afirmó que la integración de rutas es «un mecanismo fascinante utilizado por las hormigas para orientarse» y «una fórmula de supervivencia importante en un entorno desolado como el el desierto, pero también puede fallar. Por esta razón utilizan también puntos de referencia olfativos y visuales. El dar con el nido adecuado es cuestión de vida o muerte, pues las hormigas se arriesgan a un ataque posiblemente mortal si por accidente se introducen en un nido que no les corresponde. El equipo de investigación quiso averiguar si las hormigas del desierto también eran capaces de utilizar el magnetismo y las señales vibratorias en ausencia de otros puntos de referencia. «Quedamos muy sorprendidos de que así fuera», afirmó Cornelia Buehlmann, doctorando encargada del experimento.
Para comprobar la importancia de los puntos de referencia magnéticos y vibratorios, Buehlmann y sus colegas situaron un canal cerca de la entrada a un nido y enseñaron a algunas hormigas a localizar el cebo. El canal poseía un punto de referencia magnético, vibratorio, visual o bien olfativo definitorio del nido. A continuación compararon el comportamiento de estas hormigas con el de un grupo de control entrenado para localizar el cebo pero con un canal en el que no había puntos de referencia y con otro grupo de hormigas «inocentes» a las que se mostró el punto de referencia por primera vez durante el experimento.
Los investigadores descubrieron que tanto el grupo de control como el inocente utilizaron el sistema de integración de rutas para dar con su nido y pasaron por alto cualquier otro tipo de cambio en el resto de puntos de referencia. No obstante, las hormigas entrenadas en nidos relacionados con un punto de referencia, pasaron de largo de su nido cuando se realizaron modificaciones en dicho punto de referencia. Buscaron su nido donde estaba el punto de referencia original y desecharon la información del sistema de integración de rutas.
Las hormigas del desierto adiestradas localizaron su nido sin problemas si se enterraba un dispositivo vibrador a pilas junto a la entrada del nido. No obstante, para eliminar cualquier tipo de efecto electromagnético del dispositivo, los investigadores realizaron experimentos en los que el aparato vibrador no mantenía contacto con el suelo. En este caso «las hormigas se comportaron como el grupo no adiestrado y anduvieron desorientadas sin rumbo fijo».
Los experimentos demostraron que las hormigas del desierto muestran «una reacción enormemente sensible a las señales vibratorias», afirmaron los investigadores, quienes también admitieron que no queda claro qué sentido se activa cuando las hormigas se orientan mediante el campo magnético creado alrededor del nido.
«Esto no significa que las hormigas no posean ningún tipo de órgano sensorial para la detección de campos magnéticos», afirmó el Dr. Markus Knaden. «Su comportamiento podría estar provocado por anomalías en las señales neuronales eléctricas generadas por un campo magnético intenso memorizado por las hormigas.» El equipo concluyó que en todo caso las hormigas adaptadas a hábitats extremadamente inhóspitos presentan una flexibilidad enorme a la hora de utilizar todos sus sentidos para orientarse.
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