Sucedió en Paraguay, en la cárcel de Tacumbú. Tres presos peligrosos quedaron en evidencia cuando el can vagabundo se puso a ladrar al verlos salir a la superficie desde un túnel que habían abierto hasta la vía pública.
"Por culpa de un perro de la calle, no pudimos escapar", declaró el recluso Hilario Villalba en una rueda de prensa en la penitenciaría, que fue autorizada por la dirección del penal.
"El jueves, desde las tres hasta las cinco y media de la madrugada,
con tres compañeros de celda, hicimos un túnel de ocho metros de largo
por uno de alto: cuando llegué a la calle, al sacar mi cabeza, el perro infeliz ladró y alertó a un guardia que estaba arriba del murallón", contó Villalba.
"Estoy condenado por doble homicidio a 25 años de cárcel, más cinco años de seguridad", se lamentó el hombre. El penal se encuentra en la periferia sur de Asunción, en las cercanías del río Paraguay.
Fuente: AP
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