Estos datos, proporcionados para tratar de lavar la imagen de la cruenta industria peletera, pretenden ocultar la realidad: El declive de la venta de pieles desde hace décadas.
Recientemente, conocíamos los datos facilitados por la Asociación
Nacional de Productores de Visón de España, que referían una facturación
en el año 2011 de 25,4 millones de euros, que suponen un 40,5% más que
el año anterior. Achacan este incremento al aumento de la producción y
de los precios de venta de las pieles.
Estos datos, proporcionados para tratar de lavar la imagen de la
cruenta industria peletera, pretenden ocultar la realidad: El declive de
la venta de pieles desde hace décadas, que se traduce en el “continuo
cierre de instalaciones debido a su baja rentabilidad, especialmente en
los últimos cinco años”, según recoge un informe del Ministerio de Medio Ambiente del año
2006. En 1989 se contabilizaban un total de 402 granjas de visones.
Según la propia Asociación Nacional de Productores de Visón de España,
actualmente hay 35 en todo el país, el 80% de las cuales se encuentran
en Galicia. Es decir, se ha producido un descenso del 90% en el número de granjas en 23 años.
Según el propio Ministerio de Medio Ambiente, en ese mismo informe, se responsabiliza a las granjas peleteras de la introducción del Visón Americano en la Península Ibérica. La escasez de medidas de seguridad de muchas granjas peleteras es una de las razones causantes de numerosas fugas que “favorecieron que la población perdiera su carácter localizado y se fuera extendiendo progresivamente, independizándose”.
Además de carentes de ética hacia los animales, las granjas de visón americano comercian con una especie considerada una “amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas”, según el recién aprobado Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, que sin embargo exceptúa la explotación comercial de dichos animales por el interés económico que el negocio suscita.
Todo ello, pese a que las recomendaciones del Ministerio de Medio Ambiente y del ICONA proponen “prohibir, cuando ello sea posible, la implantación de nuevas granjas peleteras de visón americano”, así como “incentivar el cierre o la reconversión de las granjas de visón americano”.
“Esto evidencia que este Catálogo protege los intereses de la dañina industria peletera que ve aumentar sus beneficios económicos, en detrimento de la prevención y cuidado del medio ambiente, como nos quieren hacer ver. Si la prioridad de los que lo han impulsado fuese la conservación de la biodiversidad y de las especies autóctonas, como dicen, las granjas de visones deberían cerrarse y prohibirse”, comenta Laura Duarte, portavoz del Partido Animalista.
Los visones permanecen encerrados durante meses en jaulas diminutas, donde a penas tienen espacio para moverse, lo que les produce un estrés extremo, lesiones por los movimientos constantes y desesperados, ansiedad y enloquecimiento. Son gaseados de las formas más crueles y, en muchas ocasiones todavía con vida, se les arranca la piel. Organizaciones como Equanimal o Igualdad Animal han documentado gráficamente el horror de estas granjas de explotación, que ya han sido prohibidas en varios países europeos, como Reino Unido.
No existe ninguna razón para seguir consintiendo este horror. Existen alternativas al uso de pieles en todos los casos.
Desde el Partido Animalista, preocupados por la arbitrariedad con la que se aborda la conservación de la naturaleza, que deja a merced de los intereses económicos la vida de los animales, seguimos trabajando para hacer llegar a la sociedad un mensaje de respeto hacia todos los animales, y a las administraciones públicas la necesidad de abordar este problema de forma decidida y unilateral.
Debe imponerse la ética.
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