Un periodista pudo introducirse en las fábricas chinas de Foxconn, proveedor estrella de la compañía de la manzanita. Allí comprobó las duras condiciones en las que deben trabajar los empleados.
Un reportero de la cadena de televisión estadounidense ABC pudo recorrer una de las plantas de Foxconn, el empleador más grande del sector privado en China, que tiene a su cargo la producción de los iPhone.
La fama precedía a este viaje: sólo en 2010, en la planta de Shenzhen, 14 empleados se quitaron la vida después de quejarse por los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo. En enero pasado, más de 300 trabajadores de la planta china de Wuhan amenazaron con suicidarse todos juntos.
Esas condiciones que denunciaron los trabajadores tuvieron como testigo al periodista de ABC, días
después de que Apple anunciara que un grupo de inspectores
independientes -miembros de la Asociación para el Trabajo Justo o Fair Labor Organization- revisará a los proveedores responsables del 90% de sus productos, en especial en las fábricas de Foxconn en las regiones de Shenzhen y Chengdu.
Los empleados de estas fábricas trabajan 12 horas al día y seis días a la semana. Una petición en línea firmada por al menos 155 mil personas y enviada a Apple le pedía a la compañía que mejorara las condiciones laborales de sus empleados. En otra petición, 50 mil personas exigieron al gigante tecnológico que produzca sus dispositivos de manera ética.
Según reconoce la misma Apple, en 93 fábricas los empleados trabajan más del límite de 60 horas que ha establecido por regla la empresa estadounidense y un tercio de las plantas revisadas no había puesto en marcha suficientes medidas para prevenir accidentes ocupacionales.
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