En su obra “El cerdo que entonces yo soy” la artista Miru Kim se retrata desnuda en un corral industrial donde crían cerdos.
Más allá de las prácticas y preferencias
alimenticias de cada persona, parece innegable el hecho de que la cría
industrial de animales es un fenómeno decadente que no habla bien del
modo en que nos relacionamos ni con nuestro entorno natural ni con uno
de los factores más importantes en nuestra vida: el alimento.
Tal vez por ello la artista Miru Kim
decidió utilizar su propio cuerpo desnudo para invitarnos a reflexionar
sobre nuestra relación con el reino animal y con el trato que le damos
previo a alimentarnos con él. La serie de fotografías logradas por Kim
nos muestran su sensual torso desnudo, sigilosamente entremezclado con
los lomos de cientos de cerdos que comparten un estrecho corral mientras
se alimentan y esperan su ineludible muerte y eventual procesamiento a
manos de una máquina.
En el manifiesto artístico de su obra
“The Pig tht Therefor I am” Miru Kim no asume una postura a favor o en
contra de consumir carne de cerdo, simplemente te invita a echar un
vistazo, de la mano de su cuerpo desnudo, al hecho de que 1,200 millones
de cerdos mueren anualmente destinado a alimentar a la población
mundial, y la mayoría de ellos son mantenidos en condiciones denigrantes
(si denigras tu alimento lo más probables es que termines denigrándote a
ti mismo) y aprovecha para discutir la idea de que “en modelo del siglo
XVII en el cual los animales eran concebidos como máquinas ha sido
reemplazado en los últimos tiempos: ahora los animales son vistos como
materiales en bruto que generan ganancias monetarias en la producción de
cantidades masivas de alimento”.
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