A largo plazo, no son claves para que los pacientes dejen de fumar, según sostiene un grupo de investigadores de Estados Unidos.
Los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad
de Harvard y de la Universidad de Massachusetts realizaron el
seguimiento de 800 personas que habían dejado de fumar durante seis años, de 2001 a
2006.
La principal conclusión que extrajeron es que los parches y los chicles de nicotina no funcionan como terapia para abandonar el cigarrillo, incluso si están combinados con asesorías psicológicas.
De acuerdo a lo que observaron, las recaídas eran igual de
frecuentes entre quienes habían reemplazado el efecto de la nicotina y
quienes habían intentado dejar el hábito por sí solos.
Puntualmente, los científicos mostraron que durante cada período,
casi un 35 por ciento de los que habían dejado de fumar había
reincidido, y dentro de este porcentaje, se registraban usuarios de
chicles y parches en la misma cantidad que quienes no utilizaron ninguna
terapia.
"Este estudio prueba que el uso de terapias de reemplazo de
nicotina no es más efectivo para ayudar a una persona a dejar de fumar a
largo plazo que tratar de dejar el hábito por sí sola", concluyó el director del estudio, Hillel Alpert.
"Esto demuestra la importancia de llevar a cabo estudios empíricos
sobre su efectividad cuando algo se utiliza en la población general",
destacó.
Se calcula que unas 1.300 millones de personas son fumadores en el mundo y este hábito mata a unos 6 millones cada año, principalmente en países de ingresos medios y bajos, según apunta BBC Mundo.
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