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martes, 6 de noviembre de 2012

Gandía Shore episodio 5: Ylenia se queda y la lía parda


La semana pasada dejamos a Ylenia con las maletas preparadas y marchándose de la casa de Gandía Shore. La rubia parece que se ha pillado de Labrador y no soporta los continuos desplantes del valenciano, por lo que no quiere permanecer en el programa. Se trata de una imagen que ya hemos visto varias veces en Jersey Shore y que ahora se repite en la edición española del reality. ¿Se mantendrá firme en su decisión la de Benidorm, o por el contrario dará marcha atrás y continuará en el programa?


El capítulo 5 empieza con Ylenia explicándonos los motivos por los que se quiere ir del programa, que son respetables pero no tienen nada que ver con los que tendríamos muchos para querer hacer lo mismo. Sus compañeras intentan convencerle de que se quede mientras Labrador se asoma a ver qué pasa. Ylenia parece esperar que el valenciano la intente convencer de que no se vaya, pero él es demasiado guay para eso, y lo máximo a lo que llega es a decirle que se va a arrepentir. Pese al escaso poder de persuasión de Labrador, Ylenia necesitaba poco para cambiar de opinión, y pasa de quererse ir a meterse en la cama con él. Coherencia, creo que le llaman a ésto.

Ylenia y Core parece que están haciendo equipo contra Abraham y Labrador. Mira que no me gusta Labrador, pero creo que tiene toda la razón en sus quejas. ¿Qué mas da tener novia o no en Gandía Shore si tienes a estas dos montando un numerito de celos a la primera de cambio en todos los garitos?. Después de cantarle las cuarenta, Core parece entrar en razón e incluso acaba pidiendo perdón y diciendo que va a beber menos.

Momento escatológico del día: El retrete se ha atascado y nadie parece ser el culpable. La ñorda debe ser de las que hacen época, porque después de discutir acerca de a quién le toca, han decidido llamar al fontanero, al cual, por supuesto, reciben en gayumbos. El hombre, después de hacer lo que todo el mundo haría (empujar con la fregona), les cobra 40 Euros. Se ve que los chavales no están muy acostumbrados a currar, porque todavía se pensaban que el fontanero estaba de broma y pensaban despacharle con una propina “para que se tomase una caña”. Está claro que el concepto “desplazamiento y mano de obra” no es tan universal como yo pensaba.

La casa recibe la visita de los amigos de Clavelito, que pese a ser unos tiarrones bastante grandes no parecen merecer el respeto de Labrador, que según parece mide la valía de las personas en función de la definición de sus abdominales. Las chicas agradecen la llegada de “carne fresca”, especialmente Arantxa, que así se ha ahorrado la molestia de hacer la tradicional “pesca de arrastre” y se ha liado directamente con uno de ellos. El alcohol lo arregla todo, y en la fiesta de la espuma de Falkata se ve que Ylenia y Core han limado asperezas y no se separan de Labrador y Abraham respectivamente. Al volver a casa, Arantxa y la Gata, que están más salidas que el pico de una plancha, nos han obsequiado con un espectáculo de perrillas en celo que no debéis perderos si es que aún no lo habéis visto.

Al día siguiente, después de una dura mañana de trabajo (ejem), les espera la famosa fiesta en el barco de la que ya pudimos ver algunas imágenes durante el rodaje. La verdad que la fiesta tampoco ha aportado mucho más al programa que unos segundos de metraje viendo a los chicos dando saltos y tomando unas copas. Lo mejor de la noche es el regreso a casa y el corte en el que Labrador nos explica que le gustan las chicas con cabeza. Las palabras textuales han sido algo así como: “Yo estoy to bueno, pero luego me pongo a razonar y razono como el que más”. Después de quedarse a gusto con estas palabras, a la habitación de los ligues a darlo todo con la rubia debajo de las sábanas.

Arantxa cumple 21 añitos y Abraham y Clavelito, como buenos compañeros, salen a buscar un regalo. Después de patearse varias tiendas buscando “un regalo para una choni” (literal) deciden que la chica lo que necesita es un poco de mambo y optan por comprarle un juguetito de esos que vibran, que es el clásico regalo que se le hace a una persona que conoces desde hace una semana. Además, los chicos le han preparado un fiestorro en casa, pero les va a costar mucho trabajo conseguir que la chica se quede en casa y no se vaya de copas.

La fiesta de cumpleaños parece una despedida de soltera más que otra cosa. Después de la tarta y los regalos (por cierto, triunfo del regalo de Abraham y Clavelito, que parece que le ha gustado más a la Gata que a la propia Arantxa por la cara que ha puesto), empieza la fiesta de verdad. Vamos, lo que viene siendo el bailoteo en el jardín, los copazos y, por supuesto, el plato fuerte de la noche en forma de policía bailongo que ha hecho las delicias de la morena a medida que se iba quitando ropa. La chica ha disfrutado como un niño con zapatos nuevos y de hecho parecía una de las chicas que suelen salir en los anuncios de los locales que se dedican a esto.

Tras el espectáculo en casa, volvemos a los garitos y volvemos a repetir numerito de celos. Core persigue a Abraham por los pubs vigilando como si fuera un chino persiguiendo a los clientes de su tienda por los pasillos. No se si será por eso, pero de momento Abraham es el único de los chicos que no ha triunfado, claro que tampoco debe ser fácil si llevas adosada una mochila morena que aparece dando voces en el momento menos pensado.. Mientras, Arantxa repite con el chico del primer día (sí, ese que no sabía decir si era guapo o feo).

El programa termina con Core “perreando” (según palabras de Ylenia) con Labrador, lo que provoca una discusión de verduleras en la playa ante la atónita mirada de los chicos. Bueno, dicen que dos no pelean si uno no quiere, y la cosa era más bien todos disfrutando en la playa e Ylenia persiguiéndoles e indultando a Core. Con este ambiente tan caldeado se termina el programa, así que tendremos que esperar una semana para saber si la sangre llega o no al río.


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