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martes, 6 de noviembre de 2012

Chile, el país iberoamericano con mejores oportunidades


Energía, medio ambiente, agricultura y tecnología son los sectores más punteros de un país en pleno crecimiento. Para hacerse un hueco en este mercado es conveniente contar con apoyo local.


“Chile es un país con una tasa de crecimiento muy elevada y jurídicamente fiable. En materia empresarial tiene una legislación similar a las europeas y tecnológicamente está muy avanzado. Su potencial es enorme y, además, desde aquí se puede llegar al resto de Sudamérica y Asia gracias a los acuerdos comerciales que mantiene con la mayoría de los países de la zona”. El empresario español Fernando Alfageme, gerente comercial de Servincal, una empresa especializada en servicios de ingeniería de calidad que opera en Chile desde octubre de 2011, explica así la oportunidades que ofrece el país.

Se trata de un destino atractivo para muchos emprendedores. Según el Business Environment Ranking elaborado por Economist Intelligence Unit, Chile ocupa la primera posición entre los países iberoamericanos con mayores facilidades para hacer negocios y, además, ocupa el puesto número 11 del mundo en el índice de libertad económica realizado por la Fundación Heritage.

Sectores
Los campos para emprender son muchos: destacan los relacionados con la energía que además están muy ligados a la innovación y al desarrollo tecnológico. Otro foco importante es el medio ambiente, los proyectos de consultoría y tratamiento de residuos líquidos y sólidos. A estos nichos de mercado se suma el ámbito agrícola, potenciado desde el Gobierno para fomentar el crecimiento y desarrollo de regiones olivícolas y vitivinícolas, entre otras.

Para tener éxito en la implantación el proceso debe estar muy meditado. Alfageme reconoce que “llevábamos cuatro años preparando la externalización de la firma. Nos integramos en el Plan de Iniciación a la Promoción Exterior (PIPE) del Instituto de Comercio Exterior (Icex) y elaboramos el proceso de manera detallada”. Este empresario comenta que “cuando llegas te das cuenta del desconocimiento que tienes del Chile real. Por eso, necesitas conocer a alguien que te ayude a implantarte y evitar equivocaciones. Por ejemplo, la elección del representante legal –figura inexcusable en Chile– es esencial”.

Otra española, Laura Adrubau, fundadora de Cal Pediu, una empresa que se dedica a la elaboración y venta de embutidos, también coincide en que la ayuda de una persona del país es decisiva: “En Chile si no vas recomendado por un amigo no te abren las puertas”. Abrubau llegó al país andino en 2010 acompañando a su marido, expatriado en un proyecto de ingeniería de Aguas de Barcelona. Empezó a hacer los embutidos siguiendo la receta familiar para consumo propio y para amigos y, poco a poco, la demanda fue creciendo hasta casi arrastrarla a crear su propia tienda.

La empresaria dice que su mayor dificultad ha sido hacerse un hueco en el mercado, porque este tipo de productos no son tan conocidos allí. Por eso, su apuesta es la calidad: “Mi objetivo es distribuir en tiendas gourmet y abrir una segunda tienda en el centro de Santiago de Chile”.

Entorno laboral
Por lo que se refiere a la cultura y modo de trabajar Adrubau avisa de que, aunque compartimos idioma, tenemos muchas diferencias. “Hay mucho vocabulario propio y tienden a ofenderse por nuestra forma de hablar y trabajar, ya que somos muy sinceros y directos. Ellos son políticamente correctos y le dan muchas vueltas a las cosas antes de decir no”, señala.

Por su parte, Alfageme insiste en que “es esencial acudir con la mente abierta y sin comparar países. Tienen una forma de trabajar muy definida”. Asimismo avisa que “si sólo quieres salir huyendo de España, piensa que tienen de todo. Hay que tratar de abrir tu mercado y ser flexible en tus objetivos. Es un país muy potente y en crecimiento, pero no te regalan nada. No existe la cultura de la subvención o las ayudas. Lo que consigas será por tu esfuerzo”.

El Silicon Valley de la innovación en América Latina
El Gobierno chileno sabe que el sector tecnológico es uno de los de mayor futuro. Por eso, desde 2010 apuesta seriamente por él. Ejemplo de ello es ‘Start-Up Chile’ (http://startupchile.org), un programa ejecutado por la Corporación de Fomento de la Producción del Gobierno chileno (Corfo) vía InnovaChile, que busca atraer emprendedores de alto potencial cuyas start up están en etapas tempranas para que vayan a Chile y utilicen el país como plataforma. La meta final es convertir al país andino en el polo de innovación y emprendimiento de América Latina. Para ello se les facilita el acceso a redes de capital y sociales, aunque también se les pide ciertos compromisos.

Por ejemplo, la instalación en Chile como empresas formales, la contratación de talento local y la participación en seminarios y eventos para la difusión del programa ‘Start-Up Chile’. En 2010, como iniciativa piloto, más de 20 proyectos de 14 países fueron seleccionados; en 2011 se recibieron más de 1.500 solicitudes, de las que se seleccionaron alrededor de 300 proyectos.

Pautas para la incorporación al mercado local
Antes de lanzarse a crear un negocio en Chile conviene tener en cuenta una serie de aspectos:

Inversión inicial. Para la constitución de una sociedad en Chile la Ley no señala una cifra de capital mínimo, pero sí puntualiza que éste debe estar desembolsado en un plazo no superior a tres años.

Tipos de sociedades. En líneas generales, la legislación mercantil chilena contempla formas societarias bastante similares a las conocidas por las empresas españolas, aunque con otro tipo de requisitos. El tipo de empresa más frecuente es la sociedad anónima (S.A.) y la sociedad de responsabilidad limitada (Ltda). No obstante, en los últimos años y para facilitar la creación de empresas, se han establecido dos nuevos tipos de sociedad: la empresa individual de responsabilidad limitada (E.I.R.L.) y la sociedad por acciones (SpA). Asimismo, se encuentra en trámite el proyecto de ley que busca acelerar la creación de una empresa en Chile.

Tiempo de constitución. Según datos de la OCDE, el tiempo promedio de creación de una empresa en el país andino es de 27 días y hay que completar 8 trámites administrativos.

Patente municipal. Este gravamen es el equivalente al impuesto de constitución de sociedades español y oscila entre el 0,25% y el 0,5% del capital.

Sistema bancario. Es muy rígido y puede convertirse en un obstáculo importante, sobre todo para un inversor extranjero. Las mayores trabas están relacionadas con la apertura de cuentas, la transferencias de divisas y la solicitud de créditos.

Fuente: Icex

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