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lunes, 4 de junio de 2012

SpaceX inaugura con éxito la era del transporte espacial privado


Tras la retirada de los transbordadores, la alternativa norteamericana a las naves Soyuz es el transporte especial privado.


La cápsula Dragon, de la compañía estadounidense SpaceX, se hizo hoy un hueco en la historia espacial al completar con su regreso a la Tierra la primera misión comercial de abastecimiento a la Estación Espacial Internacional (EEI).

La cápsula, no tripulada, amerizó en el océano Pacífico a cientos de kilómetros al oeste de Baja California a las 15:42 GMT, dos minutos antes de lo previsto, informó el centro de control de misión de la NASA en Houston. Con un "amerizaje confirmado" se ponía punto y final a una misión que inicia un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial, en el que se abren las operaciones de abastecimiento al sector privado y se espera que, en un futuro no muy lejano, también las tripuladas.

"Estoy muy contento de haber hecho un buen trabajo para la NASA", señaló el empresario Elon Musk, que creó en 2002 la compañía SpaceX, de la que es ejecutivo principal y diseñador jefe, y quien también es conocido por ser cofundador del sistema de pagos por internet PayPal.

En una rueda de prensa, satisfecho y visiblemente aliviado, Musk señaló que la misión ha cumplido sus expectativas y espera poder seguir mejorando la cápsula para continuar con su objetivo de realizar viajes tripulados. "Ahora tenemos muchos retos, estamos compitiendo para enviar astronautas y estamos desarrollando nuevas tecnologías para tener la capacidad de aterrizar en tierra", explicó.

El director de la NASA, Charles Bolden, felicitó en un comunicado al equipo conjunto de SpaceX-NASA por su "gran éxito" en la misión que "encabeza una nueva era en los vuelos espaciales comerciales de Estados Unidos" y hace "más accesible" la EEI y otros destinos en la órbita baja terrestre a "todos los que sueñan con viajar al espacio".

Transporta también carga a la Tierra

Dragon, que llevó 460 kilos de carga en su primer vuelo de abastecimiento, ha estado acoplada a la estación 5 días, 16 horas y 5 minutos a la EEI y ha traído a la Tierra otros 600 kilos de carga, algo que hasta ahora no podían hacer otros vehículos.

La cápsula se separó del complejo espacial a las 08:07 GMT y los astronautas de la EEI realizaron una maniobra con el brazo robótico para alejarla de la estación antes de soltarla al espacio.

El vehículo entró en la atmósfera como un "cometa ardiendo" protegido de las temperaturas extremas por su potente escudo PICA-X, una variante del Phenolic Impregnated Carbon Ablator (PICA) que desarrolló la NASA en los años noventa. Poco después abrió sus paracaídas anaranjados, de 35 metros de diámetro cada uno, para estabilizar y frenar la nave antes de caer en el mar y que sirvieron también para señalizar su recogida.

SpaceX tenía preparado un barco de 56 metros de eslora equipado con una grúa de 24 metros que operará con dos botes auxiliares para recuperar la cápsula y una docena de ingenieros abordo. Según Musk, la cápsula "se ve muy bien" y será trasladada a un puerto cerca de Los Ángeles, de donde se llevará a las instalaciones de prueba de la compañía en McGregor (Texas), para su procesamiento.

La tecnología de SpaceX

Dragon es una nave espacial de vuelo libre reutilizable con forma redondeada de 3,66 metros de diámetro y 4,4 metros de alto, con una envergadura de más de 16 metros cuando extiende sus paneles solares.

Con capacidad de hasta 3.210 kilos de carga, SpaceX la diseñó para que en un futuro pueda convertirse, con algunas modificaciones, en un vehículo tripulado con espacio para siete pasajeros.

La compañía tiene un contrato con la NASA por 1.600 millones de dólares por 12 vuelos espaciales. También ha concedido un contrato a la empresa Orbital Sciences Corp., en Dulles (Virginia), para la fabricación de otra nave para transportar carga a la EEI.

Este es un hito para la industria estadounidense, ya que tras la retirada de los transbordadores de la NASA el pasado año, el transporte de carga y tripulantes ha quedado a cargo de las naves rusas Soyuz, que cobran más de 60 millones de dólares por el envío de cada astronauta.

En las próximas semanas, la NASA presentará una evaluación de la misión y anunciará cuándo será su próximo viaje. "No creemos que tarde mucho, tras esta misión sumamente exitosa", dijo el director de la Oficina de Programas Comerciales de la NASA, Alan Lindenmoyer.

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